Nuestro relato sobre porqué existen eurofáns tan pedantes el origen epistemológico de esta subespecie, nos había dejado disfrutando el caluroso verano de 2001 al ritmo de David Civera en los chiringuitos. Poco duró la tranquilidad para todos…
Ese descanso se interrumpió con brusquedad el 17 de Agosto :
Mientras que a los eurofans clásicos se les atragantó la paellita, a los eurofans de la generación IRC la noticia les pilló como siempre, es decir, chateando en el canal #eurofestival.
Los recelos no se hicieron esperar. Todos estaban de acuerdo con que Eurocanción 2001 había sido horrible pero nadie podía negar la atractiva idea de un Gran Hermano Eurovisivo, sobre todo si obtenía las mismas audiencia que las dos ediciones del reality de Telecinco que hasta ese momento se habían emitido.
Desde TVE intentaban calmar a la opinión pública , porque de la opinión eurofán pasaban bastante: «no tenemos intención de vender vidas, ni seleccionar a un grupo de personajes simpáticos para hacerlos famosos«, «Nuestra ambición no es lograr un gran éxito de audiencia a cualquier precio» decía Juan Menor, director por entonces de Antena de TVE. Sin embargo para el colectivo, la gran novedad era la apuesta pública y sin tapujos de buscar al representante de España en Eurovisión para la edición 2002. Y eso gustó mucho.
Además, la idea de una gala semanal con cantantes amateur y en la que la muy respetadísima entre los eurofans Nina dirigiría su formación desató la euforia entre los más clásicos, que se pensaban que a la chica con cara de cajera del Supersol le darían Polonia96 o que al chico que se parecía a Enrique Iglesias le pondrían a cantar Italia80.
httpv://www.youtube.com/watch?v=1B3EubCzUV0
Poco a poco la realidad se transformó en pesadilla. Los más puristas veían como «SU» festival estaba cada semana en boca de más y más gente; cómo no solo no cantaban temas de Eurovisión, si no que se preguntaban porqué en vez de películas los sábados no hacían visionados de anteriores Eurovisiones «para que vieran a lo que se tendrían que enfrentar» o en vez de charlas con la psicóloga les llevaran a Sergio Dalma, Nana Mouskouri o la mismísima Celine Dion para que contaran sus experiencias y no a ¡Coyote Dax! que incluso entonces era bochornoso.
httpv://www.youtube.com/watch?v=5UKM7MSitik
La generación IRC no paraba de recibir nuevos adeptos en su canal de chat. Las webs de eurofestival.net y eurovision-spain.com recibían nuevas hornadas de adolescentes. Los puristas se lo recordaban cada poco y eran habituales escenas del tipo:
< ChenoaESC>buaa a Eurovisión tiene que ir Chenoa con un temazo a lo Geri Halliwell!!
<@EstherOfarim63>pero vamos a ver, ¿tu sabes acaso quién quedó octava en Eurovisión91?
<ChenoaESC>una muerta de hambre seguro xDDDDDDDDDDDDDDDDD
El usuario ChenoaESC ha sido baneado por @EstherOfarim63
<@EstherOfarim63>nadie llama muerta de hambre a la grandiosa Dulce Pontes
<@Naetur>plas plas plas plas
Las semanas pasaban, los chats y foros se iban llenando, Portalmix.com era el tuenti de entonces y la sociedad hablaba de Eurovisión abiertamente como hacía tiempo que no ocurría y los eurofans se sentían raros, extraños, incomprendidos… ¿Por qué nadie les preguntaba a ellos?, ¿por qué ahora todos hablaban de eurovisión y cuando lo echaban en la segunda cadena nadie más que ellos estaba ahí al pie del cañón?.
De hecho nadie se creía que el futuro ganador, con la fama que iba adquiriendo el programa y las ventas de discos de las galas a centenares de miles fuese el representante final.
Rumores de todo tipo terminaron por minar su confianza en el reality revelación. Destacamos el que hablaba de una preselección exclusivamente entre los no ganadores con pesadillas de que fuese Javián o que fuesen los 16 cantando «Mi música es tu voz», con el consiguiente desgañitamiento diario en ascensores, bares, recreos, pubs y salas de espera en general al grito de «!!pero si a Eurovisión solo pueden ir 6 como mucho!!!»
Chenoa era la favorita entre todos los eurofans. Su perfil a medio camino entre una exSpice Girl venida a menos y una Lara Fabian, de moda entonces con «Otro amor vendrá», venida a más, era el ideal para unas generaciones que añoraban una diva nacional sobre el ESCenario. Además tenía carácter y a veces incluso, lloraba. Había nacido «El Chenoísmo».
httpv://www.youtube.com/watch?v=1Pn4Zzb1XyM
No era Mónica Naranjo, otro trauma colectivo, pero para casi todos era mejor. La cosa no ha cambiado mucho en 10 años.
httpv://www.youtube.com/watch?v=Dxk1fcm9SnQ
Las voces críticas, no eurofanes por supuesto, argumentaban cosas como «que era argentina», «que no se supo más de su novio», «que había trabajado en un casino y tenía pinta de ser otra MónicaGH1″…
Sea por estos comentarios o por el nacimiento del movimiento de las carpeteras, (Nota del Autor: No Mercedes Milá, El Gato Encerrado no inventó esa palabra) Bustamante se llevó las ilusiones por delante. Y los eurofans en conjunto no tuvieron más remedio que apoyar a Rosa, la favorita sobre todo en los segmentos «Tercera Edad», «Víctimas de la Sociedad» y «Voces de Negra».
Le perdonaron que se olvidara las letras, que no supiera hablar inglés (aquí nació otro argumento d’libro: «en las ruedas de prensa no sabrá hablar inglés y haremos el ridículo») ni tampoco español… había que derribar a las carpeteras como fuera. Una victoria de Bisbal o Bustamante sería más de lo mismo y ellos pedían a gritos una Diva local. O algo que se le pareciese.
Todavía no había desarrollado Belen Rodríguez la teoría del balancín en Gran Hermano y nadie reparó en que probablemente el target de los David era muy parecido y a Rosa «la quería toaspaña». El tongazo siempre planeó, pero finalmente todos nos creímos que el aborto musical llamado «Europe’s living a Celebration» era muy digno, diferente, fresco y bailable. Y que además la adaptarían perfectamente para que Rosa se luciese. Y con un 50% de votos ganó.
httpv://www.youtube.com/watch?v=cRRWclCvHP0
Se produjo un periodo de felicidad eurofán en aquella primavera de 2002 ya que todos los medios de comunicación hablaban del Festival, de los rivales de Rosa, de antiguos representantes españoles, rebuscaban estrellas internacionales que hubieran participado para darle credibilidad… tantos años habían vivido aquello en la clandestinidad enviándose los VHS por correo y ahora encontrándose publicadas hasta dos ediciones con las canciones de la pre. Todo el país cayó bajo la fiebre de un supuestamente más que posible éxito Eurovisivo.
La noche del 25 de Mayo tardará en olvidarse. 6000 personas bloquearon el canal de IRC #eurofestival, un 90% de audiencia siguió la gala. Y Uribarri, que por segundo año amenazaba con despedirse, comenzó a ejercer obscenamente de adivino en las votaciones. El resultado de la resaca fue que todos se habían creido que iba a ganar Rosa, a pesar de que las crónicas que llegaban de los eurofans que por primera vez acudían en directo de forma masiva a un Festival anunciaban lo contrario.
Sin duda fue un momento clave. Los eurofans clásicos podían quedarse calvos tranquilos, habían vivido algo impensable. Los eurofans de la generación IRC aceptaron a regañadientes nuevos miembros en sus foros y chats, al menos ahora que las gordas y calvas estaban en éxtasis, podrían ligar con gente más joven.
Y entre medias, un germen, el de los eurofans d’libro, puristas y guardianes de la excelencia eurovisiva que vivieron los errores cometidos por la sobreexposición del Festival en primera persona y que se juraron salvaguardar entre los bárbaros del exterior y los infieles de la propia tribu.
Ese verano el eurofán Sorcerer/Zelgadiss comenzó a ofrecer clases particulares de Eurovisión por Messenger.
En la próxima entrega veremos crecer ese germen d’libro entre el periodo que va desde la perversión de elegir a una representante que no quería en 2003 y el surgimiento del mirelismo en 2007 como solución a los males eurofanes. Y el chenoísmo, claro, siempre el chenoísmo.
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