Anoche pudimos ver en La Sexta una de las entregas más travestis polémicas del programa Pesadilla en la Cocina. Ya sabes, el docureality en el que el chef Alberto Chicote chocho morenote emula a Gordon Ramsey recorriendo la geografía española intentado reflotar negocios de hostelería que están más acabados que la carrera musical de Leona Lewis.
Chicote acudió a Bilbao para salvar a una pareja de hombres fieramente heterosexuales gays que regentaban dos locales que iban de modernuquis pero eran un espanto: la panadería/cafetería/catástrofe culinaria Opila y el local de pintxos y copas y ambiente La Reina del Arenal.
Tras tener sus más y sus menos con una cocinera que podría (o no) ser prima de Glozell Gitana y llamar la atención en más de una ocasión a Álex, uno de los propietarios de ambos locales que estaba más preocupado por estar guapo y poner cara de niño bueno y decorar (porque es decorador ¿sabes?) que por mantener su negocio; Chicote se marchaba dejando la cocina más o menos encarrilada y habiendo hecho algunas reformas en el local La Reina del Arenal.
Todo esto lo comentamos en nuestro twitter, que ya acumula más de 3.000 inconscientes seguidores, en una noche divertidísima.
Pues bien. Durante la emisión del programa varios twitteros se hicieron eco de la noticia, que ya había salido publicada en varios medios, según la cual la pareja de propietarios había decidido denunciar al programa y solicitar que no se emitiera. Según ellos, además de no haber cocinado los platos de la cena de reapertura y de estar todo guionizado y ser más falso que una peluca de Beyoncé, la reforma del local fue una chapuza que luego hubo que reparar, el asesoramiento del chef se redujo a unas cuantas fotocopias perfumadas, y Chicote les trató de forma irresputuosa, cayendo en insultos que rozaban la homofobia.
Si viste el programa estarás pensando lo mismo que nosotros: La Reina del Arenal debería cambiar su nombre a La Reina del DRAMA.
Para empezar nos parece absurdo quejarte de que Chicote no te cocine en la reapertura. Nosotros pensábamos que la gracia era que Chicote enseñara a tus cocineros a hacer las cosas bien, y no tener a uno de los mejores chefs españoles cocinándote de gratis para darte publicidad. Pero por lo visto los propietarios de La Reina del Arenal no lo entendieron así.
Además Álex, el decorardor, dice sentirse ofendido porque Chicote le dijo que tenía cara de niña y por preguntarle si se metía cualquier cosa en la boca. Según él eso es homofobia. Según nosotros la homofobia es otra cosa y lo de Álex es una excusa torticera típica de alguien que se siente atacado y acude al tópico más cercano para defenderse porque no tiene otro argumento. Básicamente porque Chicote no le dijo a Nacho Polo Álex que tuviera cara de niña, sino que cada vez que le echaba la bronca por algo éste buscaba excusas y ponía cara de no haber roto nunca un plato, como haría una niña de 2 años.
Con respecto a la reforma, puede que sí tuvieran problemas de accesibilidad a posteriori, pero durante la grabación del programa bien contentos que estaban y bien que la decoradora metida a restauradora del terror (¿hablar de él en femenino también es homofobia?) decía lo mucho que le gustaba y lo contento que estaba de que Chicote hubiera tenido la misma idea que él.
En cualquier caso no entendemos qué sentido tiene llamar a un programa para pedir ayuda y que te manden a uno de los mejores cocineros del país para reflotar el negocio (por el que, recordemos, una amiga mariliendre locatis hipotecó su casa para ayudarles económicamente) y luego no hacer caso a los consejos que te dan; y más tarde cargar contra el programa y contra los responsables del mismo.
A favor de Armand y Álex juega el hecho de que son varios los restaurantes que se han quejado de que el paso de Chicote por sus locales ha hecho más mal que bien. Es el caso también de Rafa, el dueño del nuevo Da Vinci, que dice que desde el programa le pidieron que no limpiara la cocina varios días antes de la grabación y que los cambios en la carta espantaron a la clientela. O el de la borracha dueña del restaurante mexicano de Barcelona que acusó a la producción de poner la rata en el lavavajillas.
A nosotros, la verdad, todo eso nos parecen lloriqueos de gente que pensaba que tras pasar por el programa se iban a forrar y luego descubrieron que lo que hace Chicote es asesorar y ayudar, pero el trabajo lo tiene que hacer cada uno que para eso el restaurante es tuyo. Sin contar que denunciar al programa nos resulta de una torpeza monumental, porque la poca clientela que puedas haber ganado tras tu aparición en televisión se negará a ir a consumir a tu local si te pones a rajar de Chicote, que tiene el favor del público.
¿Y tú, amiga? ¿Eres más de Chicote o de los pobres propietarios indefensos? ¿Irías a tomar una copa a La Reina del Drama Arenal? ¿Un arroz caldoso al Opila? ¿Crees que exageran o te sentiste ofendida cuando chicote dijo lo de meterse cualquier cosa en la boca? ¿Te excitaste al oírle pronunciar esas palabras mientras ondeaba un dildo una barra de pan congelada?
Y lo más importante: ¿Crees que Chicote y Estrella, la cocinera de cejas perfectamente perfiladas, consumaron su amor?
Coméntanos tus opiniones, que son gratis. Por ahora.
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