Connect
To Top

Comenta con nosotros la nueva temporada de «¿Quién quiere casarse con mi hijo?»

Tras las risas y la vergüenza ajena el exitazo que supuso la primera temporada del concurso, era de esperar que «¿Quién quiere casarse con mi hijo?» tuviera una nueva entrega. Y no se ha hecho esperar.

Luján Argüelles vuelve a ser la conductora del espacio en el que madres e hijos se unen en akelarre para encontrar la mujer o el hombre ideal para encontrar algún desprevenido que se case con ellos. Bueno, no con los dos, con el hijo. Pero está claro que a la suegra no se la quitan de encima.

Durante la emisión del primer programa esta noche en Cuatro lo iremos comentando en nuestro Twitter, como hacemos siempre que un reality se lo merece.

Te presentamos a los candidatos de esta edición para que vayas despellejándoles entrando en materia. (Podéis ver los vídeos de presentación haciendo click en los nombres)

Isidoro y Dolores

Isidoro, un hombre heterosexual que no teme al rosa.

Isidoro (29 años), hijo único definido por su madre como «un terremoto», es vendedor de zapatos. En un mercadillo. Dolores es la típica mujer que iría de público a Sálvame y no pararía de gritar para que Jorge Javier le acercara el micro y poder decir alguna burrada sobre su marido.

Según su madre, él desprende buen rollo y felicidad y «descarga» mucha positividad. En realidad lo que descarga son palabras, porque no se calla; además es el típico hetero que no para de soltar piropos y decir «princesa» y rascarse los huevos mientras bebe cerveza y ve el fútbol.

Dice que se conforma con una mujer que le haga la comida reír y sea atractiva. Acabará con las reservas de espidifenes del programa y, seguramente, más solo que la una.

Gabriel y Toñi

Grima. Eso es lo que estás pensando.

Gabriel (24 años) va de guapo y no lo es y eso hace que nos caiga mal. Pero por otro lado su madre es una mezcla entre Marta Sánchez y Lydia Lozano y eso le da un punto a favor. Además de apellidarse Vinuesa. Como Cuca. Una mujer que empieza diciendo «no quiero asustar a nadie» promete buenas catfights entre ella y las pretendientas.

Aunque él es sustancialmente más joven que Jose Luis, Toñi promete ser la Toya de la corona de esta edición. Divorciada dos veces y definida por Gabriel como una mezcla entre «Belén Esteban y la Princesa Letizia». No creemos que Toñi saque los tanques a pasear pero esas uñas pueden acabar clavadas en la cara de cualquier pretendiente.

Viendo el momento piscina intuímos un complejo de edipo considerable que provocará que Gabriel acabe, como Isidoro, solo. Pero en Ibiza con un velero, que siempre es mejor que en un mercadillo vendiendo zapatos.

Javier e Isabel

Soy el fuego que está derritiéndote

Javier. Etudió química, hizo un curso de peluquería. Y acabó escupiendo nenofuego. Literalmente.

Su madre es su mejor amiga y define a las exnovias de su hijo como «pendones». Él tiene pinta de empotrador hetero pero de los que al final son pasivas se quedan en nada. Dice que le encanta el sexo (porque a nadie le encanta ¿sabes?) así que esperamos que se pase medio programa escupiendo fuego.

Isabel reconoce que para que su hijo se dé cuenta de lo calzonazos que es con sus parejas le pega con el palo del recogedor.

¡Viva España!

Álvaro, Luis Carlos y Paqui

Arsa, Quillo y Arriquitáun

Álvaro y Luis Carlos son mellizos. Porque las desgracias nunca vienen solas. Paqui es una flamenca de pura raza que lleva chalecos dorados y nueve de cada cinco palabras las pronuncia gritando. Ella está muy ilusionada, porque dice que a ver si sus hijos encuentran a una mujer ideal. En realidad parece que lo que le hace ilusión es quitárselos de encima.

Ellos comparten aficiones: el deporte, la playa, salir con los amigos… Lo que les convierte en personas únicas en este país. Álvaro es un calzonazos y Luis Carlos no tiene sentimientos.

Bueno, ninguno de los dos parece tener cerebro y eso no supone un problema.

Lo divertido de estos concursantes es que como no te pongan un cartel diciendo quién habla, no sabes quién es quién. A uno le gusta cantarle canciones (con pianista incluído) a las mujeres que conoce, al otro (o a lo mejor es el mismo) le gustan las mujeres con cultura y conversación. El otro (o, de nuevo, el mismo de antes) se fija más en las piernas.

«Él es mi hermano pero para mí es algo más porque es como si yo estuviera reencarnao con él».

Ése es el nivel.

Pedro y Mary

Soy Moderna y bebo vinagre de Moderna.

El plato fuerte lo dejamos para el final. Pedriño, el gay de esta edición, es adoptado. Qué nos gusta una minoría.

Él se gusta a si mismo a pesar de vestirse con el mismo mantel que su madre y, como parece querer ganar puntos para que lo contratemos en la web, explica que al cumplir los 30 se propuso dejar de comerse las uñas y leerse un libro entero. Y qué mejor, según él, que la biografía de Ana Obregón con la que se siente muy identificado.

Es el concursante más travesti, pero no por su fiera heterosexualidad, sino porque su vídeo de presentación es él en una tienda de Humana ropa buscando «brilli-brilli» y pana y transparencias y pedrería y unas tetas postizas.

Él quiere un chico masculino, para que le observe mientras viste a sus Barbies. Y que no sea otro modernito como él porque sino «vaya cuadro». Además no quiere musculocas ni marilycras.

Y la pobre Mary lo único que quiere es ser abuela.

Ahora que ya los conoces, recuerda: esta noche a las 22:30 se estrena el primer programa y nosotros lo estaremos comentando en nuestro Twitter: @elcajondesastre.

5 Comments

Leave a Reply

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

More in Televisión