Mucho Avatar, mucha tecnología del futuro, pero menudo plof se han pegado las superproducciones 3D el pasado 2010. Lo que parecía ser un gran filón para Hollywood y para las compañías electrónicas, ha resultado ser bastante decepcionante si a la taquilla nos referimos.
El balance el año pasado en Estados Unidos se saldó con un descenso del 10%. Y no es de estrañar. De todos es sabido que Hollywood, ante el descenso de público en las salas, se ha agarrado a esto del 3D como a un clavo ardiendo, pero no está dando los frutos esperados. Entradas un 35% más caras, catálogo con títulos mediocres, las incómodas gafas más pasadas que la Game Boy que en muchos casos ven mermado su potencial técnico a causa de unas paupérrimas adaptaciones de películas no grabadas originalmente en 3D … lo que parecía el futuro se está quedando más bien en una moda pasajera.
Las únicas que se han salvado de este plof son Glitter Avatar, que digamos ha sido la que gracias a su éxito abrió la veda; Toy Story 3D y Alicia en el País de las Maravillas 3D. Títulos como Kitty Gallore, Los Viajes de Gulliver o Tron (a pesar del gran despliegue plublicitario) se están pegando el guarrazo tridimensial.
A pesar de ello, la industria jolivudiense sigue confiando en una recuperación para este 2011 con los esperados estrenos de Piratas del Caribe 4, Cars 2 o Transformers 3, aunque los analistas están confirmando que el sistema se está quemando..
En conclusión, no es que el sistema 3D sea una basura. Más bien reírse del usuario, catálogo con títulos malísimos, robo al bolsillo porque te pongan un 3D en el cartel, hacen de todo el tinglado una auténtica basura.
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