[pullquote]Continuamos con la revisión de «¡Salvemos Eurovisión!»[/pullquote]
Qué mejor manera de empezar el año en El Cajón Desastre que retomando el repaso a las caóticas gloriosas preselecciones españolas de Eurovisión, preselecciones que por el momento no vamos a volvamos a ver, aunque las travestis y cantantes de verbenas de pueblo no pierden la esperanza y siguen guardando sus temazos en un cajón por si suena la flauta. Continuamos con la revisión de Salvemos Eurovisión (2008), cuya primera parte puedes leer aquí.
Tras días de colapsos de la web, votos que no se validaban, errores de páginas, continuas denuncias de irregularidades y abandono de muchos cantantes que no querían seguir formando parte de ese circo, el periodo de votación terminó con esta canción encabezando la lista:
httpv://youtu.be/Kl1md0JyK4g
Antonio «El Gato», un señor mayor con mucha ilusión por ir a Eurovisión friki cualquiera al que votaron masivamente desde foros no eurovisivos fue la candidatura más votada. Sin embargo, TVE no estaba dispuesta a pasar por el aro, así que tras descontar los votos que le dio la gana fraudulentos hundió a El Gato en la clasificación final tras borrarle el 90% de sus votos. Lo curioso es que el dudoso método con el que fue votada esta canción fue el mismo con el que votaban al Chikilicuatre, cuyos votos se dieron prácticamente todos por válidos y acabó liderando el ranking. Algunos medios se hicieron eco de estas evidentes irregularidades. TVE había conseguido su propósito de que todo el mundo hablara de este proceso de selección, aunque por todos los motivos equivocados.
Tras más de 2 millones de votos, TVE anunció los cinco finalistas por votación popular:
Baila el Chiki Chiki de Rodolfo Chikilicuatre, del que hablaremos más adelante.
La revolución sexual de La Casa Azul, convertida hoy en prácticamente un clásico.
Un olé de Arkaitz, gracias a sus sospechosos aumentos de votos a horas inhóspitas.
Todo está en tu mente de Coral gracias al apoyo en masa de los eurofans y a Baltanás clavándola en los coros.
Si pudiera de Bizarre; habiendo sido la segunda canción que presentaban tras retirar «If you Wonder».
La Casa Azul from elcajondesastre.com on Vimeo.
Coral from elcajondesastre.com on Vimeo.
EL JURADO COMPLETA LA LISTA DE FINALISTAS
Los eurofans ya vivían un gran drama al ver que las canciones de sus divas favoritas, Mirela, Mayte o Anael, a las que habían estado votando sin descanso durante días, se quedaban fuera de los finalistas directos. La repercusión que tuvo esta preselección disparó el número de votos e hizo que los eurofans no pudieran colocar en la lista las que ellos consideraban que eran las elegidas para la gloria. Es decir, cualquier divarraca a la que se pudiera vestir de tules y enchufar un potente ventilador. Solo Coral había pasado el corte, pero tenían la esperanza que el jurado repescara al resto. Sin embargo el «jurado de expertos» tenía otros planes. Tras escuchar y valorar detenidamente las más de 500 propuestas deliberar decidieron que también estarían en la final:
Me encanta bailar de Innata. Una canción a la que sí habían dado el visto bueno los eurofans al haber ganado un concurso de mentira llamado «Belgrado, Una Ilusión, Una Canción» (BuIuC):
Innata from elcajondesastre.com on Vimeo.
Caramelo de Marzok Mangui. No aparecía en ninguna quiniela, no habían tenido ni cien votos, pero posiblemente el hecho de que vinieran de Melilla hizo que el jurado los seleccionara. La presencia de Graciela de Popstars en el escenario y que invitaron muy gustosamente a los miembros de esta redacción a defenderles en plató los convirtieron en los favoritos de El Cajón Desastre.
Los favoritos de El Cajón Desastre hubiesen pasado a la historia por presentarse en el escenario de Eurovisión con navaja.
100 x 100 de Ell*as. Su productor, Ander (de Andermay) había retirado al dúo de la competición dos días antes de la finalización del proceso de votación, con un comunicado en su MySpace en el que básicamente decían que no querían seguir formando parte de este circo. Pero cuando el jurado seleccionó esta canción de Andermay, ¡aquí no ha pasado nada y seguimos!
El dúo estaba compuesto por Laura Mourelos, (a quien Andermay ya había presentado en 2006 como su «apadrinada» para eurovisión con «Tu Indecisión», que acabó en el Caribe Mix) y Alazne Gutierrez. Poco después, acabarían todos partiendo peras.
Ellas from elcajondesastre.com on Vimeo.
I Do You de D-Vine. Los únicos finalistas que habían actuado en el Travestivisión, la gala underground presentada por Pupi Poisson. Posiblemente aprovecharon que unas de sus componentes estaba en ese momento participando en Fama, ¡a bailar! para que tuviera más cobertura. También estaba en el grupo nuestro amigo Gio y otra chica rubia la que se cargaron antes de la gala convirtiéndose en un trío.
Mourning de Nullsystem. A TVE se le veía el plumero de lo que, de hecho hizo años después: quería una gala con canciones de estilos muy diferenciados, y por eso metió a este grupo encabezado por Bea, la zarrapastrosa de Popstars.
Modernos sí eran: Rastas, indignación con el establishment político y boicot a los productos de higiene personal más básicos antes de que se hablase de Crisis ni de #15M
Por suerte para nosotros, esta canción resultó no ser inédita y fue descalificada, siendo sustituida por Lorena C con Piensa gay, otra de las apuestas que a día de hoy no nos creemos que defendiese la propia TVE: un inteligente himno postmodernista que describía la España que conocen los cientos de turistas que visitan el país en cada Orgullo/Circuit/Whatever: en la que el cancaneo y las saunas conviven con la castañuela.
También trascendió que el experto jurado había seleccionado al grupo La La Love You, (grupo indie pop que participaría en la preselección del año siguiente) pero su canción tampoco cumplía las normas y los descalificaron antes de anunciar sus finalistas. Esto no nos sorprende, puesto que eran decenas las canciones que no se ajustaban a las reglas de la preselección, bien porque no eran inéditas, o bien por su duración, pues había canciones de menos de un minuto y otras que llegaban hasta los seis minutos. Sin embargo, hubo una canción que incumplía todas las normas posibles y que sí pasó el corte, siendo el centro de todas las críticas.
LA POLÉMICA DEL CHIKI CHIKI
La versión original del tema, la que estaba colgada en MySpace, parecía más un politono que una canción, con apenas un minuto y veinte segundos de duración:
Rodolfo from elcajondesastre.com on Vimeo.
Además, la letra contenía alusiones políticas, algo que está prohibido en Eurovisión:
Lo baila Rajoy,
lo baila Hugo Chávez,
lo baila Zapatero,
mi amol, ya tú sabeh!
Pese a las numerosas protestas de eurofans enfurecidos, que ya se empezaban a temer que una Coral envuelta en metros y metros de gasas vaporosas no iba a ser nuestra representante en Belgrado, TVE hizo caso omiso a las mismas, permitiendo que se cambiara la letra y se alargara la duración de la canción hasta los tres minutos. Y es que el Ente Público no estaba dispuesto a renunciar al negocio en el que se estaba convirtiendo el Chiki Chiki, que alcanzó un nivel de popularidad asombroso. Cualquier niño de 5 años se sabía los cuatro pasos del baile. En los últimos 20 años solo la participación de Rosa había tenido tanta repercusión entre el público general. Y TVE hacía caja vendiendo merchandising, tonos para el móvil, y hasta se llegó a editar un cd con las 10 canciones finalistas, algo insólito en nuestro país. La canción impulsada por Andreu Buenafuente desde su programa se había convertido en la más rentable de la historia de Eurovisión en España.
Algunos fans fueron más allá, llegando a bombardear a TVE con emails llenos de indignación y amenazas. El resultado fue que TVE restringió la entrada al público eurofan a la final, y mientras que el año anterior fletó autobuses llenos de fans fieramente heterosexuales, esta vez la gala se trasladó a un plató más pequeño donde solo unos pocos acompañantes por cada artista podían asistir como público.
LA FINAL
Unos días antes de la final, TVE abrió las líneas para que se votaran ya a las canciones finalistas, una idea genial para un Festival en el que hay que cantar en directo y con unos candidatos a los que la mayoría nunca habíamos oído cantar en vivo. Sobre todo porque algunos como Rodolfo, detrás del que estaba no un cantante sino el actor David Fernández, no lo había hecho nunca. Pero todo el mundo hablaba ya del Chiki Chiki y el negocio era evidente. Lo que olvidó decir TVE hasta poco antes de la final era que todos esos votos a lo largo de la semana solo tendrían un valor del 20% de la nota definitiva. Es decir, que salvo una poco probable carambola todos aquellos sms enviados a casi 2€ cada uno no servían para nada, salvo para que TVE llenase las arcas.
Como era previsible, la final fue un infumable programa de más de 3 horas de duración, que contó con todos los tópicos que se podía esperar del mismo. Así, en un alarde de imaginación, estaban invitados como contertulios Rosa López, Boris Izaguirre y José Luis Uribarri, que entre cada actuación decían las mismas frases de cada año.
El programa estuvo presentado por una Rafaella Carrá que no se había cortado en declararar en la rueda de prensa de presentación que la apuesta más moderna era la del Chiki Chiki.
Tras un larguísimo desfile de pacarajas pajarracas, invitados y chistes fáciles se proclamó ganador a Rodolfo Chikilicuatre, entre pitos y gritos de los pocos eurofans que entraron a plató, entre los que se encontraba una indignadísima Rebeca Pous.
httpv://www.youtube.com/watch?v=krJ3OSXHp8I
EL ÚLTIMO SUEÑO DE LAS TRAVESTIS PARA IR A BELGRADO
La horda de travestis que había inundado MySpace con sus propuestas para ir a Eurovisión siguieron soñaron con ir al Festival cuando de repente se anunció que se abría un casting para acompañar a Rodolfo como bailarinas. Solo tenían que subir un vídeo para que las seleccionaran.
httpv://www.youtube.com/watch?v=vNtGJkwcyMg
httpv://www.youtube.com/watch?v=vdub2_EhgT4
Finalmente TVE eligió, en una gala presentada por Santiago Segura (muy eurovisivo todo) a tres personas normales chicas, pero las travestis celebraron que habían tenido otra excusa más para ponerse sus trajes de fiesta, pintarse como una puerta y darlo todo.
Pingback: ¡Habrá preselección! | El Cajón Desastre