¿Se imagina alguien que a un actor le nominan a los Óscar sin que se haya estrenado ninguna película suya? Pues algo parecido ha sucedido cuando se dieron a conocer hace 15 días los nominados a los premios Grammy.
Entre una interminable lista de categorías, algunas de ellas indescifrables, destaca Adele, acompañada de otros nombres de relleno en sus categorías en las que la cantante de Rolling in the deep arrasará. Pero fue otro nombre el que más llamó la atención a los críticos de música al ser desconocido para prácticamente todos ellos. En la categoría de Best Americana Album (que a saber de qué va exactamente) aparece Emotional Jukebox, de Linda Chorney. Según Nielsen SoundScan, el sistema informático que recoge las ventas de discos en todo el país, no se había registrado la venta de un solo álbum de Emotional Jukebox. ¿Cómo consiguió entonces ser finalista en los premios más importantes de música?
Linda lleva 25 años en el mundo de la música, y éste es su sexto álbum. Como había hecho con los anteriores, imprimió inicialmente 1.000 copias de Emotional Jukebox. Para financiarlo contó con la aportación económica por adelantado de sus fans, método que ha utilizado recientemente Anabel Conde para publicar su próximo disco. Estas pre-ventas de los discos no son muy comunes aún, motivo por el que su nombre apenas ha sido registrado por el sistema de ventas oficial. Linda nunca ha vendido oficialmente más de 25 copias de ninguno de sus álbumes, y Emotional Jukebox aún está por registrar una venta oficial, a pesar de estar disponible en itunes y Amazon. La mayoría de sus álbumes los ha vendido a través de su web o en algunos de sus conciertos, y hasta el momento nunca ha necesitado volver a imprimir ninguno de ellos por falta de stock.
Americana es una categoría en los Grammy que cuenta con solo dos años de antigüedad. Es un estilo entre blues y folk, y sus nominados y ganadores rara vez no han sido leyendas de la música. Así que el shock de la aparición de Linda Chorney en la lista ha sido monumental, al medirse con artistas del prestigio de Emmylou Harris o Lucinda Williams.
¿Pero cómo lo ha hecho? Su hazaña ha sido posible gracias a la web GRAMMY365. Linda se unió en 2010 a la Academia de Música Americana (Recording Academy), por lo que podía mandar su álbum para que fuera considerado por los miembros votantes. A través de esta web, que funciona como red social por la que se comunican los miembros de la Academia, Linda hizo 1.500 contactos en solo 10 días, y confiesa que recibió comentarios positivos incluso de personas ajenas a su estilo de música. No sabe cuántos votaron por ella para que entrase entre los 5 finalistas, pero admite que la nominación de momento no se ha reflejado en ventas. Cuando se hicieron públicas las nominaciones y sucedió lo que parecía imposible, los ejecutivos de las discográficas de música Americana se encontraron con su nombre y no dejaron de comentarlo. Ellos no habían oído su música, desconocían que llevaba cantando desde finales de los años 80, y desde luego no sabían que ella misma llevaba las riendas de su propia discográfica desde hacía 10 años, básicamente porque sus negociaciones con las discográficas nunca habían dado fruto.
Esto debería animar a artistas pre-eurovisivas como Anael o la joven de 16 años Mirela, que llevan años y años intentando publicar su primer disco, a seguir soñando y poder aparecer de repente nominadas a los Premios de la Música. Y no dudamos que Erica Magdaleno estará en estos momentos enviando sus maquetas a todos los miembros de la Academia Americana y el próximo año saldrá nominada como Mejor Álbum Travesti.
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