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Esperando a Gran Hermano 12: Lo mejor (poco) y lo peor (mucho)

Esta noche hemos podido asisitir a un prefacio de lo que será la próxima edición de uno de los concursos, que, cuando deje de emitirse, será más recordado por todos nosotros. Porque sí, lo nieguen muchos pseudointelectuales, Gran Hermano es uno de los mejores programas hechos en la TV mundial de la historia.

Pasando de largo esto, ya que a veces da hasta pereza defender tal obviedad, hablaremos resumidamente de lo que ha supuesto esta algo improvisada galita de título «Esperando a Gran Hermano 12» que sirve de promoción al inicio de la temporada 12 del reality madre de todos.

El resultado ha sido más amargo que otra cosa. Para los verdaderos fans de Gran Hermano, nos importa bastante poco que cuatro aburridos se peleen por chorradas delante de las cámaras en un plató de TV. A los verdaderos fans lo que nos importa es la conviviencia dentro de las 4 paredes de esa vivienda. Si se tienen que pelear que sea dentro y por unas circunstancias que se nos muestren claramente, surgidas de los más y los menos que suponen tener que vivir a diario con gente que no conoces de antemano, y, por supuesto, también nos interesa que se reconcilien, e incluso que se amen.

Lo peor que hay en Gran Hermano es precisamente los programas satélites que Tele5 les mete y que poco nada tienen que ver con el formato original. Quién realmente ama Gran Hermano se la suda que luego se tiren de los pelos o se maten en la La Noria, en A Tu Lado o dónde sea. Una vez salen de la casa, adiós muy buenas. Y precisamente de esto ha pecado un poco esta gala de hoy. Al enterarme de la emisión hoy de este programa, yo pretendía recordar los mejores momentos, dentro de la casa, durante estos 10 años de emisión del reality. Nada más lejos de la realidad. Lo que nos hemos encontrado esta noche es con un espacio en el que el 75% del tiempo se ha perdido en los rifi-rafes personales de los ex-concursantes de plató muchas veces sobre cosas que han hecho incluso mucho después de salir del programa. Señores, estamos hartos de esto.

A pesar de ello, y de que en algunos momentos daban ganas de apagar el televisor de la vergüenza ajena producida, el 25% restante del metraje del programa ha mericido mucho la pena. Y mira que muchas de esas imagenes podríamos repetirlas sin equivocarnos en una sola coma de las veces que las hemos visto ya, pero precisamente esas imágenes, de la convivencia, son las que perduran. Que yo sepa, muy poca gente recuerda alguna frase extraída de alguna bronca de los exconcursantes en un plató que incluso pueda acuñar en su vocabulario de diaro. Por su parte, es indudable que hay miles de frases clichés que repetimos día a día surgida de la convivencia en la vivienda de Gualix.

Obviando estos minutos bochornos de dispustas, emocionante ha sido volver a ver a un envejecido Fran GH2 o a una muy madura y guapísia Ania GH1. También nos hemos emocionado con las imágenes de Sabrina y Ángel de GH2 y llevarnos la amarga sorpresa de que han roto… lo cual me hace cada vez más perder la esperanza en un amor verdadero, ciertamente. Emotivo también ha sido ver de nuevo a Diana GH6 y su nueva vida, rememorar las imágenes de la huida de Mercedes GH6 a pocas horas de inicio del programa, el encuentro de las hermanas Rebeca y Maite en GH9 y su memorable «¿somos hermanas? vale, ¿me das fuego?«, las gemelas de GH10 haciendo de una sola persona Rosa, ver a Iván GH1 con su hija, Inma GH7 volviendo a llamar vieja amargada a la marquesa con sus bragas-hélice en la mano, el Yoyas y su presunta violencia domestica contra Fayna etc. etc. etc. Eso sí es lo que queremos ver.

Y espero que esta esencia se conserve y nos dejemos de tonterías e insultos si sentido alguno en platos (y mucho peor cuando ni siquiera es el plató de Gran Hermano). No queremos más aburridas faltas de respeto entre unos y otros fuera de lo que es el programa Gran Hermano ni queremos que esto contamine la verdadera esencia del programa. Por lo demás, y para terminar, una alegría también ver de nuevo, a la estupenda Mercedes Milá que a pesar de su edad sigue siendo una gran presentadora y sin duda, sin ella, este programa no tendría ya absolutamente ningún sentido (no entendemos como hay cuatro gatos incoscientes y bien amargados que claman el cambio de presentadora).

Concluyendo, a pesar de esta gran decepción del programa de hoy con algún que otro toque de alegría en forma de vídeos añejos y recordatorios de lo que ha sido de viejos concursantes, esperamos ansiosos el primer programa del domingo que viene… Un estreno que, como todo estreno de GH, es un must con todas las letras, aunque sólo sea por ver los fabulosos vídeos de presentación de los nuevos concursantes (a veces delirantes y exagerados hasta la extenuación).

Besos y bienvendidos a lo inesperado (o no…).

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