Un factor crítico en esta urbanización musical anual es que los terratenientes – aquí llamados Big5 – tienen sus privilegios ‘no matter what’. Eso sí, año tras año son vilipendiados por el resto de vecinos en las votaciones. Quizás también tenga que ver que la mayoría de sus canciones son inmundicias musicales y saberse inmunes a las semifinales les hace menos competitivos. Vamos a repasar de qué traza se presentan los potentados contribuyentes del convoluto eurovisivo y el país anfitrión.
Haciendo clic sobre el nombre del país encontrarás un acceso directo al videoclip oficial. Junto a él, la cotización media de la canción en las casas de apuestas para ganar el Festival (cuanto más próximo al 1 sea la fracción, más favorito se es). Todas las partes destacadas del texto conducen a videos o artículos que no deberías perderte. ¡Vámonos!
ALEMANIA 100/1
Dieron la campanada en 2010 con Lena, la chica del little black dress y coreografía deconstruida, y desde entonces, igual que les pasaba antes, apenas pintan nada. Aunque el cero del año pasado les vino casi por sorpresa, este año los hay que predicen que volverán a cerrar la tabla por abajo (algo que no pasa en una final desde que Malta quedará última los años 71 y 72) . Si bien Jamie Lee, de 18 recién cumplidos, ganó La Voz en 2015, ama el K-Pop y se ha perdido el ExpoManga por estar ensayando, pocos creen que su pseudo carita de mupol vaya a rescatarla del bottom5, lo que viene siendo para Alemania su zona de confort. La capacidad alemana para destrozar agradables canciones radiables sobre el escenario es portentosa.
ESPAÑA 66/1
Miss Reyzábal ha cumplido el expediente sin tacha alguna: promoción, entrevistas, accesibilidad… y firme en su derecho a cantar en inglés. Salvo contadas excepciones, (hola Mariaisabelistas), la masa eurofán convino que esta era la mejor canción para competir y de voz, ideas y carácter va sobrada. ¿Qué puede fallar?. España no gana Eurovision desde los 22 primeros segundos de Dime en Riga – sí, cuando Beth no había empezado a cantar – . Gracias a la indolencia de TVE hemos vivido lo eurovisivo acostumbrados al lamento, la queja y el disgusto. Por eso, a poco que se unan los astros para que alguien haga las cosas al modo de los países que compiten de verdad ya nos venimos demasiado arriba. ‘Say Yay’ está muy bien, es moderna, urbana, molona… pero estamos deseando que Finlandia y Bélgica no pasen para no rascarnos votos. También llama la atención que todavía nadie en Prado del Rey se haya preguntado como un país similar en tamaño y población al nuestro pero empobrecido y en guerra como Ucrania puede llevar casi siempre puestas en escena brillantes en las que todo funciona al primer ensayo. Deseamos a Barbara Reyzábal que salga indemne de los eurofans, los televotos y los jurados, pero nada evitará que la madrugada del sábado 14 al domingo 15 tus amigoscuñados te escupan en la cara un «Ni en inglés, es que ni yendo en inglés». Bless Barei.
FRANCIA 4/1
Lo de los franceses con Eurovision era de eutanasia en diferido. Con el del año pasado lograron cuatro Bottom5 consecutivos incluido un último puesto en 2014 por primera vez en su historia. Lógicamente rodó la cabeza de su jefe de delegación (recordemos que en España Federico Llano lo es desde 2002) y la llegada del ambicioso y joven Edoardo Grassi se ha traducido en que un Eurovisión en Paris sea algo factible. Amir es un carismático y encantador odontólogo parisino de 31 años que quedó tercero en La Voz. Hijo de tunecino e hispanomarroquí judios, vivió su adolescencia en Israel. A estas alturas a Marine Le Pen ya se le ha puesto blanco el tinte y nos ilusionaría ver como recibe una Eurovision pocas semanas después de que probablemente compita en las elecciones presidenciales francesas de 2017. Los franceses siempre han solido llevar buenos cantantes pero al igual que el resto del BIG5 la pifian en el envoltorio. O llevaban el pelo sin lavar, o te organizaban una ceremonia inaugural olímpica sin venir a cuento… esta vez todo parece bajo control y en la delegación francesa no consideran quedar fuera del top5. On verra…
ITALIA 20/1
¿Cómo pasa un país del ateísmo eurovisivo más militante a comenzar a evangelizar desde el prime time del primer canal del país? Pues al igual que los franceses, teniendo por jefe de delegación a alguien que cree y convence a los mandamases, Nicola Caligiere . Desde el Festival de SanRemo – que moderno, moderno, lo que se dice moderno tampoco es – llegan aupados por audiencias millonarias y superventas sus representantes. Este año han traído a la ganadora de Factor X, Francesca Michielin, que quedó segunda en el festival italiano. A pesar de su cara de bloguera cabreada con algún servicio de atención al cliente, Paquita, como la llaman los eurofans folklóricos, despierta cierto magnetismo en cámara. No partía como favorita pero está ganando cierto ‘momentum’. Desde su reinserción en 2011, han obtenido cuatro top10 y aportan el palmarés más lustroso de los BIG en esta década. Bravíssima Paquita!
REINO UNIDO 66/1
En esta edición donde encontramos más cantantes de La Voz participando que españoles en los papeles de Panamá, hay que añadir a los twinks británicos ya que fue en ese formato donde se conocieron. Uno trabaja de profesor de apoyo en un instituto y el otro de ayudante de radiología en un hospital. Contando que ambos tienen 21 años aquí se podría abrir un debate sobre el sistema educativo español pero no. Mejor nos reímos de la meca del pop y de como pasan absolutamente del tema eurovisivo obligándonos a tragar detritos como el disco swing del año pasado. Ni siquiera una Bonnie Tyler on the rocks pudo sacarles de la cloaca. Quizás este año el pop adolescente con aromas de Coldplay que Joe y Jake traen de forma sincera y honesta llegue a los espectadores y pasen del puesto 20. ¿O acaso no hubieran encandilado a los europeos Andy y Lucas cuando el delgado que ahora está gordo estaba delgado?
SUECIA 11/1
Muy grande fue la decepción y rechazo que provoco el triunfo de este adolescente pajillero sin más currículum que haber cantado a un futbolista diez años antes. Frans huye de los focos, no usa ventilador, ni brilli brilli, ni le tiran confetti, ni lleva efectos proyectados. Lo opuesto a una SchlagerDiva. Su estilo de cantar, con la misma pasión de quien se pone un jueves por la tarde a quitarse las espinillas, despierta tirria y muchos reniegan de que su querida Suecia le haya elegido por encima de otras propuestas del Melodifestivalen. De lo único que se le puede acusar a sus 17 años es de llevar una canción del estilo que escucha la gente de 17 años. Un tema pop hecho en 2016 comparable a cualquier música que suene en 2016. El año pasado la mayoría quería una victoria sueca para que la SVT mangoneara organizara el festival mientras se abucheaba un posible triunfo ruso. Este año cambian las tornas y un tema trasnochado pero envuelto en superproducción hollywodiense como el ruso es el gran favorito. Si finalmente repiten victoria los suecos a más de uno se le cortará la digestión.
Estos seis países participarán en la final del 14 de mayo, que comenzará a las 21h CET.
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