Hoy sábado 12 de marzo llega uno de los acontecimientos musicales del año a nivel europeo. Aunque para algunos el Melodifestivalen es la Preselección sueca para elegir su representante para Eurovisión, en realidad es un Festival de Música en sí mismo. De hecho tiene sus propias reglas que se saltan las establecidas por Eurovisión, como el poder tener hasta 8 personas en el escenario (frente a las 6 del Festival) o permitir el llevar los coros grabados, que en algunas actuaciones son prácticamente la totalidad de voces que oímos.
En un país como el nuestro donde la música es algo a lo que cada vez se le da menos valor, donde casi no se venden discos, por no hablar de descargas legales, y donde se arriesga poco a la hora de apostar por artistas que se salen de lo de siempre, cuesta entender la importancia que tiene un Festival como éste para un artista sueco. Ganar e ir a Eurovisión es la guinda, un extra, pero realmente no tiene tanta importancia como el ganar el Melodifestivalen, o simplemente ser uno de los 32 participantes. Los artistas de primera fila se presentan con frecuencia, ya que tener éxito en el Melodi supone colocar una canción entre las más vendidas durante meses, dar pie a publicar un álbum, a veces de canciones inéditas, otras muchas se incluyen un par de temas nuevos y se reedita por enésima vez un Grandes Éxitos.
La final del Melodifestivalen se viene celebrando desde hace una década en el Globen Arena, el edificio esférico más grande del mundo. Este impresionante recinto se encuentra en Estocolmo y acoge eventos de todo tipo.
Como creemos que hay que hacer de todo en esta vida, os dejamos aquí una guía rápida de cómo vivir con intensidad este fin de semana en la capital sueca. La final del Melodifestivalen es la excusa para viajar a la capital sueca, pero son varias las visitas obligadas que tenemos que hacer para completar la ruta del schlager y el petardeo musical.
Hoy sábado nos habremos levantado con una resaca considerable. Y es que el viernes previo a la final no nos podemos perder la cita obligada que tenemos en la discoteca Paradise, que a simple vista puede parecer un garito de mala muerte, pero pese a ser un lugar un poco tenebroso, como no se puede fumar (en esto los suecos nos llevan años de ventaja) y hay actuaciones musicales y una música 100% eurovisiva y melodifestivalera, podríamos qdecir que sí estamos en el paraíso. Lo primero que llama la atención es el tipo de gente que llena el local. En España hablar de una fiesta eurovisiva es hablar de una pandilla de mariquitas que se reúnen para pegar gritos y repetir coreografías. En Suecia, cualquier evento musical es apreciado por todos en general y el ambiente es mucho más mixto y heterogéneo.
La víspera de la final suele actuar (en riguroso directo, nada de playback) algún artista que no se ha clasificado para la final o no participa en esta edición. Los últimos años cantaron Velvet y Jenny Silver, y ayer viernes actuó Arja Saijonmaa, una vieja gloria que ya grababa en los 70, y que sólo hace falta echar un vistazo a su última participación en el Melodi, en 2005, para darnos cuenta de lo fabulosa que es.
Sábado por la mañana, así que es hora de irse de compras. Podemos pasar por ‚àö√ñhléns, que es como El Corte Inglés sueco, y compramos de recuerdo el cd que editan con motivo del Festival. Este año nos arruinaremos porque sacan una edición especial con éxitos de los últimos años y hasta demos inéditas. Aunque lo interesante es darse una vuelta por las tiendas de segunda mano, donde se pueden encontrar algunas joyas a muy buen precio. Las mejores se concentran el Sankt Eriksgatan (entre la parada de metro y el puente), aunque cada vez quedan menos.
DOCENAS DE MARICAS ENCERRADAS EN UN BARCO
Por la noche llega por fin la final del Festival, del cual saldremos algo contrariados. Y es que aunque Suecia tiene un nivel musical muy por encima de casi todos los países europeos, últimamente acaba votando a cualquier cosa sin interés que se pega el batacazo en Eurovisión. Pero eso no nos importa, porque sin tiempo para respirar nos vamos corriendo a una de las muchas fiestas que hay esa noche. los más afortunados irán al Afterparty, por donde aparecen casi todos los artistas y donde este año va a actuar una extraterrestre Charlotte Perrelli, ganadora del Melodifestivalen en 1999 (y posteriormente de Eurovisión) y 2008. Otra alternativa es repetir en Paradise, por donde desfilarán algunos artistas interesantes (ver cartel arriba).
Pero hay que reservar fuerzas para el domingo, donde nos espera uno de los platos fuertes: Patricia, que no es otra participante del Melodi o de Gran Hermano, sino un barco donde hordas de maricas ávidas de música petarda se embarcan para darlo todo. Y es que como dicen ellos mismos en su web, los domingos en Patricia es la noche gay, o lo que es lo mismo, en la que pinchan la mejor música. Lo mejor del barco es que uno puede subir en cualquier momento a cubierta a vomitar por la borda sin dejar ni rastro, aunque dadas las temperaturas nocturnas en estas fechas, sólo los fumadores se aventuran a salir de vez en cuando.
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