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Hoy, segunda entrega del reality revelación de la temporada

Con una gran audiencia arrancó el pasado lunes el que es ya nuestro programa favorito de la temporada, un reality trash en el que no falta de nada: peleas de gatas, comentarios racistas de las madres, desnudos, etc. Twitter se vio desbordado con cantidad de frases y nombres de protagonistas protagonistas de ¿Quién quiere casarse con mi hijo? que fueron TT incluso a nivel mundial. Y no sabemos hasta qué punto está guionizado, pero no nos interesa, mientras que Toya siga poniendo esas caras de estar oliendo mierda, seremos felices.

Presentado por Luján Argüelles, ésta tiene un protagonismo justo y necesario, lo cual se agradece frente a otras con un desmedido afán de cámara y que hacen prácticamente un programa de autor (léase Mercedes Milá). Pero aquí no se eclipsa a los verdaderos protagonistas, cinco madres ayudan a encontrar pareja para sus hijos, con un variopinto desfile de candidatos entre los que elegir.

Los aspirantes a encontrar el amor de su vida:

Daniel es virgen, y le asesora su madre Pilar. Cuesta trabajo pensar que un chaval de 27 años sea virgen. Aún más que se atreva a ir a buscar desvirgadora a la televisión. Pero lo que se nos hace difícil de digerir es el desfile de chicas más que atractivas que están dispuestas a lidiar con semejante cuadro. La preocupación de la madre es que no vaya a elegir una chica de color, con comentarios racistas como «las negras tienen granos, las veo que van como descuidadas», que ya han levantado críticas. Entre las pretendientas tiene alguna incluso más friki que él, como una gótica a la que la madre no puede ni ver y que ha pasado la primera criba, que ha contado para horror de Pilar que el la espalda tiene un tatuaje de una bailarina con el cuello cortado y desangrada.

David, el musculitos descerebrado, y su madre Julia. La única preocupación del stripper es que ellas tengan unas buenas tetas, mientras que la madre exige que la que elija por lo menos tengo la ESO. La presentación de una de ellas al grito de «tengo la ESO, y no he repetido ningún curso», y él diciendo «¡¡Me vale!!» la llevó en cuestión de minutos a ser trending topic mundial.

Rubén Poveda es otro con un cuerpo de escándalo, ha sido mister Segovia, y es la viva imagen del Ken de la Barbie. No tiene problema en despelotarse delante de su madre Rosi, de las cámaras y de medio país.

Luis es el gay, y ya ha tenido discrepancias con su madre Mª Carmen, sobre todo respecto a uno de los pretendientes de raza árabe. Mientras la madre dice que «no se fía de los Mohamed», él estaba pensando lo mismo que todos nosotros: pollón. Por supuesto ha pasado la primera criba. Y junto a él otros cinco más, entre los que ya ha habido roces y se han peleado y criticado como maricas malas, que es justo lo que esperábamos.

Y por último, José Luis, el pijo del grupo, con la que es la estrella del programa, su madre Toya. las caras de asco que ponía Toya cada vez que entraba una de las aspirantes a novia de su hijo, no tiene precio. Ella tiene claro que la novia ideal para él tiene que ser católica, del PP y del Real Madrid. Ya nos ha dejado frases impagables como «esta no es una pretty woman, no va a haber que pulirla», o la cara que pone cuando entra la bailarina de burlesque, que ya justifica todo el programa.

Y como no puede haber un reality sin alguien relacionado con el porno, éste no iba a ser menos, y una de las candidatas a novias del stripper, que se presenta como Sandrita, es en realidad Carla Cruz, actriz porno.

Hoy a las 22:30 en Cuatro, el segundo episodio, de un total de ocho. Si te perdiste el primero puedes verlo aquí.

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