O casi. Ayer fue el día en el que la periodista que mejor encarna los valores de Cruella de Vil en España se ha visto ahogada por su propia maledicencia. Hoy martes 22 de marzo (22M) la inspiradora de «Sabor a Hiel» aterrorizó los pasillos de los Juzgados de Plaza de Castilla y montó su propio saloncito en la sala de declaraciones de la fiscalía del Juzgado de instrucción nº43 de Madrid, donde vivió en directo su participación en el famoso reality show «La Justicia».
A.R y una horda de alocados periodistas más, incluyendo su mascota colaborador Nacho Abad serán llamados a declarar en el seno de las diligencias previas incoadas por la fiscalía tras la emisión de la famosa entrevista que la Oprah española impuso concedió a Isabel García, la mujer del señor que asesinó y metió en un carrito de la compra a Mari Luz, en una época en la que toda la atención mediática se centraba en hoy muy olvidada Madeleine McCann.
En las imágenes que hemos podido ver y que han sido filtradas por Exupèrancia Rapú diario El Mundo, puede verse claramente como las alcahuetas de Ana Rosa intimidan, insultan y basurean sin escrúpulos a esta mujer, que para más inri es discapacitada psíquica y no sabe ni donde se encuentra, con el fin de que aporte más carnaza ante la cámara y Ana Rosa pueda poner bien de caras de susto en directo.
httpv://www.youtube.com/watch?v=2LYwOWrgdVs&feature=player_embedded
Como en ECD tenemos ya experiencia con las denuncias, os contaremos que dentro del reality show «La Justicia» y su prueba semanal «El procedimiento penal abreviado» existen tres fases, diligencias previas, intermedia y oral. En la primera fase, en la que nos encontramos, Ana Rosa (que gracias a «Veredicto» tiene formación jurídica) deberá luchar por el sobreseimiento, para lo que tendrá que contar con los votos, al menos de la acusación particular(Isabel García) y del ministerio fiscal. De no lograrlo, en la fase siguiente, AR tendrá que buscar la inmunidad a través de su escrito de defensa, lo que no evitará la fase final en la que se juega a muerte súbita una preciosa sentencia condenatoria para ella y su cohorte de correveidiles.
Art. 172 del Código Penal: 1. El que, sin estar legítimamente autorizado, impidiere a otro con violencia hacer lo que la ley no prohíbe, o le compeliere a efectuar lo que no quiere, sea justo o injusto, será castigado con la pena de prisión de seis meses a tres años o con multa de 12 a 24 meses, según la gravedad de la coacción o de los medios empleados.
Vamos, que con María Teresa Campos nunca hubiera pasado esto.
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