Como si fuese la primera vez que alguien usa una recurso de un banco de imágenes, la comunidad geek se rasga las vestiduras por la nueva web de Alberto Ruiz Gallardón, en la que se ha hecho un fotomontaje y lanza todo tipo de críticas a través de las redes sociales partiendo de la base de que a alguien le interesa los mensajes pseudoirónicos que lance un friki en twitter.
Pfff la verdad es que asusta ver la web de gallardón… ojo que la prensa ya analiza diseño/usabilidad/integración dice @manueljim
¿Cuánto habrá costado la nueva página Web de Gallardón? http://bit.ly/eN6PB9 ¿será accesible? dice @felixzapata
busca el tipo repetido en la foto junto a gallardon, no se puede ser más cutre dice @faraongallardon
Pero la comunidad de internet no son los únicos enemigos que se ha granjeado Gallardón. El periódico El Mundo ni corto ni perezoso se atrevió a afirmar que el PP había robado esa imagen, lo que ha llevado al propio Gallardón a confesar que de eso nada, que la imagen se ha comprado. (por de 2 a 70‚Äö√ᬮ, según las tarifas de ese banco de imágenes). Mientras, el diario Público lanzaba la –nada demagógica- teoría de que Gallardón no se había preocupado por retratar a la sociedad madrileña porque los actores de la foto eran daneses.
Seguramente desconozcan que en el sector publicitario, la mayoría de las veces que se usan extras para campañas políticas, acaban siendo extranjeros, puesto que los actores y figurantes españoles ven arriesgado el asociar su imagen a un partido por las puertas que eso les podría cerrar. Así que aunque se hubiese organizado una sesión de fotos específica para esta imagen, (con su correspondientes gastos de producción) tampoco serían madrileños.
Pero vamos, que aunque lo fuesen, ya nos imaginamos a Carla Antonelli quejándose en La Noria porque en la foto no se retrata a una persona con síndrome de down, a un seropositivo, a una transexual ni a un ser de luz.
En El Cajón Desastre creemos que Photoshop es como el acohol; está para abusar de él, por lo tanto aplaudimos la decisión de Gallardón de abogar por un mundo perfecto en el que el la mayoría de los ciudadanos son gente rubia y guapa que viste con traje, y tan solo las latinoamericanas algunas minorías ponen el «toque de color» (rojo) con sus forros polares de reponedoras del DIA%.
Arquitectos, atrevidas mujeres con traje de chaqueta y pantalón que se cruzan de brazos, y alguna que otra señora de limpieza, fiel retrato de la sociedad española:
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