Tras las altas cuotas de audiencia conseguidas en la Gala Final del reality Gran Terrorista, que se saldó con la expulsión de Osama Bin Laden, y ahora que el mundo occidental había encontrado otras causas a las que dedicar grupos absurdos en Facebook, era cuestión de tiempo que hablasen los allegados al fundador del movimiento radical (que suena como a la forma de bailar el Letirap) Al Qaeda.
Las ex-esposas de Obama, así en plural, han contado todo tipo de intimidades sobre el Gaspar Llamazares árabe.
Así, hemos conocido detalles como que «Sólo dormía unas tres horas para estar alerta y tampoco comía mucho para que no le produjese somnolencia»; nada que no hagan los concursantes de Supervivientes por miedo a Tony Genil.
Otra de las mujeres del líder terrorista, Katy Wolf Kola Woof asegura que Osama la violaba y la llegó a tener retenida durante diez meses en un hotel de Marruecos. Sin embargo, Kola permaneció casada desde 1996 hasta 1998, apoyando así la teoría de Rihanna de que palos y piedras te pueden romper los huesos, pero los látigos y las cadenas, te excitan.
Kola Woof se recrea en su propia descripción; «Cuando teníamos sexo le gustaba morderme en el pecho, el cuello y los brazos. Cuando yo gritaba de dolor, él se excitaba mucho y comenzaba a emitir unos sonidos animales espantosos». (Nanana, Come on!)
«En una ocasión quiso hacer una orgía con una mujer francesa y una stripper judía», asegura la Exuperancia Rapú árabe, dejando en duda si al final se tiró a la judía y a la gabacha, porque el lesbian chic vende mucho.
Además, sus exmujeres aseguran que estaba obsesionado con Whitney Houston, lo que ensalza la figura de Osama como icono pop, que presuntamente llegó incluso a planear la muerte de Bobby Brown para poder quedarse con ella, puesto que aseguraba que tenía una «belleza muy islámica» y que Occidente «le había lavado el cerebro».
La última de sus tronistas mujeres, que permaneció con él hasta el día de su muerte, es la más benévola, y afirma que «Trataba a su familia como a perros», sin especificar si eso era bueno o malo.
No será El Cajón Desastre quien juzgue el hecho de tener a un moro en casa que te ponga firme.
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