Este verano saltó la voz de alarma tras la venta de entradas de conciertos que nunca daría el macho ibérico por excelencia Pablo Alborán.
Ahora cruzamos el charco para darnos cuenta de que muchos de los conciertos que iban a ofrecer Lady Gaga y Rihanna, en realidad eran producto de la imaginación de unos mangantes llamados Sylvester Vincent Carroll y Meceo McEaddy.
Estas personas se han dedicado a estafar millones (toneladas de millones, dicen los tabloides americanos) desde que en 2010 comenzaran con esta misión, en la que entre otros sitios han estafado a promotores de Brasil, México y Taiwan.
Los homosexuales de estos países deben estar desolados y mano en pecho rezando plegarias para una solución digna que les permita lucir los estilismos que seguro ya tenían para tales eventos.
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