La politoxicómana más de moda en el mundo desde que Amy Wihehouse se puso tetas ha vuelto a liarla. No le basta con haber estado en rehab 5 veces en sus 24 años (una de ellas agrediendo con un zapato a un guarda de la Betty Ford) y llevar un detector de alcohol en sangre pegado a un tobillo que le va fenomenal con sus sandalias Miu Miu. Drew Barrimore y otras niñas drogadictas se han quedado cortas como rolemodels, la estrella de «Herbie» y la obra maestra «Mean Girls» aspira a más y ahora tiene todas las papeletas para convertirse en la Winona de nuestra década.
La prestigiosa web «Radar Online» afirma que una famosa joyería de Sunset Strip ha denunciado a le peligrosa pelirroja por el hurto de un collar de diamantes que para sí querría cualquier travestí. Aparentemente el fiscal ha recibido la solicitud de registro del domicilio de Lindsay en Venice Beach, el cual debe estar repletito de droga, y si la tasación pericial arrojara un resultado superior a los 5.000 dólares se abriría el correspondiente sumario por el que la trendsetter de whiskeria podría acabar con sus huesecillos en la cárcel.
Otra de las pruebas aportadas por la joyería ultrajada es un vídeo grabado por el circuito de vigilancia en el que se ve a la mujerzuela saliendo tan pichi de la joyería con los diamantes puestos, lo cual debería dar un nuevo significado a la expresión «hacerse un Lindsay Lohan», que sustituya a la más simplona «hacerse un simpa». Que lo sepan todas las porkis, robar está más de moda que nunca.
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