Que Victor Sandoval es agotador es algo que ya sabíamos antes de su participación en GHVIP. Pero, ¿Es gafe?.
A juzgar por su absoluta desacreditación como presentador, la picadura de la cobra gay una araña por reirse de Thalía, y por supuesto su drama con Nacho Polo, nosotros afirmaríamos rotundamente que sí.
Hoy queremos hacer balance sobre las terribles consecuencias que han pagado sus compañeras de su programa más exitoso, Mamma Mía.
Carreras prometedoras con un trágico desenlace que incluye experiencias al borde de la muerte, enfermedades, reconversiones religiosas y sobre todo, no levantar cabeza profesionalmente.
Francine Gálvez (1999-2000)
La mejor parada sin duda.
Su caída en picado se limita a pasar de ser una exitosa presentadora de informativos en TVE en su etapa pre-Mamma Mía, a mendigar formatos que copiaban sin éxito al propio Mamma Mía como Rumore, Rumore (Antena 3) o ser suplente en la temporada estival de Aquí Hay Tomate.
También sin demasiada suerte se embarcó a dirigir la revista Emisiones TV, de la que seguramente no hayas oido hablar.
No obstante, reconocemos que Francine supo reciclarse como icono trash al conducir «Confianza Ciega» con otro presentador de informativos venido a menos: Juan Ramón Lucas.
Pilar Soto (2000-2001)
La segunda compañera de Victor Sandoval vivió un auténtico infierno como contó en Salvame Deluxe.
Del mayor éxito que nos podamos imaginar, (esto es, dar pié a un video sobre un concierto de Leonardo Dantés) a las drogas, el alcohol, e incluso la bulimia, que la llevaron al borde de la muerte en un hospital en el que afirmó ver a Cristo en la cruz.
Sucedió a raiz de su participación en la última gala de la Isla de los FamoS.O.S:
«Salí del plató dando tumbos, cogí un taxi, y a mitad de camino le dije al taxista: Señor ayúd… Lo siguiente que recuerdo era que estaba en el Hospital de la Princesa, llena de tubos. Un médico me dijo: Lo sentimos muchísimo, señorita Soto, pero no podemos hacer más. ¿A quién hay que llamar? Intenté decirles que me cortaran una pierna, que hicieran lo que fuera pero que me salvaran. El pánico y el miedo que sentí en ese momento era indescriptible. Sabía que me estaba muriendo. En ese momento, llamé a Cristo, y con los ojos de mi alma vi su rostro. Estaba todavía en la cruz, lloraba. Y pensé: Dios mío, ¿qué he hecho? Perdóname, Señor. Así no, Señor, no es mi hora, ahora entiendo que nada justifica haber atentado contra el cuerpo que me has dado, donde reside mi alma. Dame una oportunidad, déjame demostrarte que te amo».
Desde ese momento, Pilar Soto consigue salir de ese pozo sin fondo volcándose en Dios. Desde entonces ha sido consagrada por la fraternidad de San Francisco el Grande.
«Tengo mis votos. Éstos no son de pobreza, obeciencia y castidad. Mi compromiso son las ayudas sociales, ir a mi grupo de oración, misa diaria, rezar el rosario…».
Recientemente, ha hecho un viaje a Tierra Santa donde ha recorrido conventos, sinagogas y se ha bautizado en el Jordán, lo que le ha servido para cargar las pilas y volver con la intención de recuperar u trabajo «Lo mío es la escena, aunque Cristo me ha salvado la vida». Actualmente colabora en Intereconomía, por lo que juzgad vosotros mismos si verdaderamente ha levantado cabeza…
Patricia Pérez (2001-2004)
La tercera compañera de Victor Sandoval también ha vivido momentos horribles después de presentar Mamma Mía. Y no nos referimos a co-presentar junto a Carlos Lozano la preselección para Eurovisión 2005 que ganarían Son de Sol, sino a un problema muy grave de salud que estuvo a punto de costarle la vida y que ella misma contó en su blog:
La alarma saltó cuando estaba haciendo el programa ”Mamma Mía” en Telemadrid. Un día, después de terminar el programa, me comí una pera y una “cracker” de herbolario. En cuestión de segundos mi cuerpo se empezó a hinchar de una forma exagerada (no puedo explicar con palabras cómo se me puso el cuerpo, horrible) y me desmayé… No una vez, varias…
La gallega afirma que también estuvo al borde de la muerte, pero su salvador no fue Dios sino un taxista que la encontró inconsciente en la calle:
Notaba cómo mi tabique nasal iba desapareciendo, que casi no podía abrir los ojos, que mi tráquea se cerraba y no podía respirar y que la piel de todo mi cuerpo se me ponía muy, muy gruesa y llena de ronchas… Sentí pánico… Un miedo indescriptible… Veía que me moría… A duras penas conseguí salir de mi casa (hasta el portal perdí la consciencia varias veces) pero arrastrándome conseguí llegar a la calle y me volví a desmayar en la acera. De repente noto que alguien me tapa, abro los ojos y ahí estaba él, Antonio Luján, un taxista que me llevó al hospital y al que nunca, nunca,nunca olvidaré por cómo se portó conmigo porque me salvó la vida (no es exageración, es la realidad). Me metió en su taxi en brazos y ya no me acuerdo de más.
El diagnóstico fue un «envenenamiento» que estuvo a punto de acabar con su vida:
Recuperé la consciencia tumbada en una camilla en el hospital, pero no podía hablar. Oía a los médicos de Puerta de Hierro hablar sobre mí, pero yo no podía decir nada. Recuerdo perfectamente el miedo que sentía. Estaba aterrada porque veía que era el final porque no sabían que hacer conmigo. Exactamente no sabían qué me pasaba, sólo que estaba desfigurada y muy grave, yo recuerdo el dolor tan espantoso que sentía por dentro… Sólo quería que me abrieran de arriba a abajo y me sacaran lo que me estaba matando por dentro. Al final escuché lo que me pasaba: anaflaxia severa. Había sufrido como un “envenamiemto” que me estaba produciendo un fallo multiorgánico.
Tras hacerse infinidad de pruebas que determinaron diferentes intolerancias almentarias, Patricia fue consciente de su problema, y comenzó a estudiar para convertirse en la nutricionista que es actualmente.
En 2009 vuelve a la televisión al frente de «Vuelveme loca», para ser sustituida después por Jaime Bores.
¿Creeis que Victor Sandoval es gafe?
¿Sufrirán horribles consecuencias sus compañeros de GHVIP?
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