Jornada de reflexión antes del 25M, la fecha en la que casi 400 millones de ciudadanos podrán votar a sus representantes en el Parlamento Europeo.
Los analistas pronostican un domingo marcado por la abstención pero El Cajón Desastre conoce a la candidata que sería capaz de movilizar a Europa con un discurso mucho más coherente que el de ninguno de los candidatos reales.
Analizamos las claves por las que Rebeca Pous debería presentarse (y ganar) las próximas elecciones europeas:
Europeismo:
Rebeca ha sido una europeísta convencida desde el principio de su carrera. La canción con la que cerró su primer disco «Rebeca» (1996) -justo antes del primer remix de Duro de Pelar de la historia: Duro de pelar (NU-NGR MIX)- es «Un llanto en Occidente«, su primer escarceo en la canción protesta en la que denuncia las injusticias ante las que Europa debe unirse y actuar.
Además, es uno de los máximos exponentes del movimiento cultural más importante surgido en Europa desde el Renacimiento (s. XV): El Eurodance.
Y por supuesto, no podemos pasar por alto su paso por el mayor certamen musical a nivel Europeo como representante de los valores de nuestra nación.
Marca España
Empleo:
Rebeca apuesta por la industria. Apoyando por igual a empresarios y trabajadores para acabar con la precariedad laboral y garantizar el acceso a un trabajo digno, aboliendo aquellas reformas laborales que perjudican a alguna de las partes.
Rebeca con el empresario y el trabajador a partes iguales.
El drama de los desahucio:
Rebeca nos avisó de la burbuja inmobiliaria en los noventa. Ya en su hit «Mi Ciudad» del disco «Rebelde» nos hablaba de que «he visto gente con el suelo de hogar» «he visto casas con paredes hechas de cartón» «son el reflejo de que algo funciona mal».
Ella es la Ada Colau del pop, y debe representar a los desahuciados, reprochando a todos los partidos políticos que no hayan caído en la cuenta de este drama social hasta muy tarde, cuando ella lo lleva avisando años.
Un disco con un discurso más coherente que ninguno de Pablo Iglesias.
Modelo de Estado:
Siendo catalana, Rebeca siempre ha defendido la unidad del estado español. Como ya hizo con la composición del himno «I love you mi vida» que consagró tanto a España como a Cataluña, seguiría promoviendo el europeísmo y sus valores, y oponiendose en las instituciones europeas a los avances del nacionalismo y de sus “políticas reaccionarias de exclusión, separación y discriminación”.
La barcelonesa Rebeca uniendo lazos con Madrid.
Sanidad:
Tras pasar varios días ingresada por las más de 200 picaduras que sufrió en Supervivientes, Rebeca conoce la importancia de unos servicios públicos de salud que garanticen la cobertura sanitaria gratuita y universal para todos los ciudadanos europeos.
Rebeca sufriendo en sus propias carnes las consecuencias de un acceso a la sanidad deficiente.
Educación y cultura:
Como hija de la cantante Franciska y del pintor Jose María Pous, Rebeca ha gozado de un acceso excepcional a la cultura, las artes y la educación. Por eso, abogaría por políticas que garanticen el cumplimiento de los estándares europeos en educación, cultura y otras prestaciones sociales a cualquier individuo europeo.
Igualdad:
No hace falta tirar de su himno feminista «Todos los chicos son igual» para comprobar que Rebeca es una abanderada de los derechos. Como parte de su lucha en contra de la desigualdad LGTB ha encabezado numerosos movimientos activistas.
Rebeca, la Cristina del Valle del eurodance.
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