Ruimán y La Voz: Se veía venir

Diréis que no, pero lo que pasó a noche se veía venir.

Al menos nosotros ya sabíamos que algo así pasaría y os lo explicamos hace tiempo cuando os contamos que 16 concursantes podrían haberse querellado contra el programa.

Todo ocurrió durante la emisión de anoche de la segunda gala de directos de La Voz. Coraluno Ruimán actuó interpretando la canción «Remolino» de Panchito Céspedes y al terminar, entre los aplausos del público, comenzó a despedirse de todo el mundo y a felicitar la Navidad como si fuera Britney Spears felicitando las fiestas en pleno mes de Marzo.

A partir de ahí: EL CAOS. El pinganillo de Jesús Vázquez se transformó en el de  Santi Acosta en una mala noche de Enemigos Íntimos, Melendi ponía cara de no entender nada (osea, cara de oler caca), la sala de control del programa se convirtió en una escena de Battle Royale y Coraluno Ruimán seguía en su pose de Nicky Tripy diva venida a menos diciendo que estaba muy agradecido al público pero que se iba por diferencias con la dirección del programa y con su couch.

A pesar de las caras de desconcierto y de la tensión que se palpaba en el ambiente no son pocos los que creen que, sin estar realmente preparado, Telecinco podría haber provocado esta situación para asegurarse una audiencia millonaria anoche. Sospecha que cobra sentido cuando comprobamos que, teniendo cuatro horas de programa, esperaron hasta el último minuto para desvelar qué pasaba con Coraluno Ruimán (y de rebote con las otras dos concursantes que no se creían la suerte que tenían). Al final del programa Jesús Vázquez desvelaba que el público había decidido salvar a Coraluno Ruimán (en una muestra de trolleo televisivo absoluto sólo comparable a las grandes gestas de Forocoches) pero que al haber decidido abandonar La Voz las otras dos concursantes pasaban automáticamente a la siguiente fase.

A todo esto, Miguel Kocina estaba en su casa gritando como un poseso y poniendo a Dios por testigo de que jamás volverá a comprar un cupón de la ONCE.

Coraluno Ruimán ha tardado muy poco en explicar, mediante comunicado de prensa al diario El País, las verdaderas razones por las que abandonó el concurso. Según él las explicaciones sobre los «problemas» en la cuenta de Twitter oficial del concursante que dio Jesús Vázquez al final de la gala se quedan bastante cortas.

Son muchos los motivos que Coraluno Ruimán esgrime para justificar su decisión: desde que el programa le ha ignorado totalmente a nivel publicitario y promocional (cosa que han hecho con más de un concursante ¿o alguien sabe cómo se llamaba la rubia del equipo de Melendi que actuó ayer?) hasta que nadie se preocupó por peinarle antes de que comenzara el programa (hecho gravísimo porque nadie puede salir por la tele sin estar bien peinado); pasando por el paripé que fue su visita al programa «La Voz: La Hora de los Elegidos» (lo presentaba -ha sido retirado- Tania Llasera ¿qué esperaba?), la falta de asesoramiento de imagen (debieron pensar «total, no se ve le importa»), las diferencias de trato a la hora de grabar temas para el disco de canciones o que casi lo «abandonaron» en el escenario antes de actuar sin explicarle nada (recordemos que Coraluno Ruimán es invidente y por lo tanto podían haberlo plantado en medio de un descampado que el pobre se habría puesto a cantar sin darse cuenta).

Pero parece que el mayor problema es la desaparición de su perfil de la web del programa poco antes de que comenzara la segunda gala. El problema de «bloqueo» en la cuenta de Twitter de Coraluno Ruimán que comentó Jesús  Vázquez parece que se debió a que su perfil estaba recibiendo una cantidad ingente de votos fraudulentos y la organización tuvo que eliminar sus referencias de «impacto social». A pesar de la explicación del programa, el concursante no lo vio nada claro y decidió abandonar porque, según él, «tengo humildad suficiente para irme cuando sobro».

En el comunicado además el joven vendedor de cupones no pierde ocasión para cargar contra Melendi. Según él el coach con el pelo más liso del país no trata a todos los concursantes por igual y mientras a él le machacaba constantemente por la desafinación en la gala anterior decidió salvar a Paula en vez de a Claritzel cuando la primera había dejado escapar más gallos que en la película Chicken Run.

Pero claro, es que entre lo mal que se oyen las galas en casa y que en realidad no todos son tan buenos cantantes como aparentan, raro es el concursante que no desafina más que Katy Perry cantando Firework montada en el Grillo Loco en mitad de un terremoto.

Lo más grave (y siempre según el comunicado publicado por Coraluno Ruimán) es que parece que Melendi soltó un par de improperios durante la emisión del programa que no llegaron a escucharse en directo pero que parte del público asistente parece que sí escuchó. Siempre según el concursante, Melendi parece que le mandó recuerdos para su madre y le invitó, presuntamente, a concursar en programas de Antena 3 como El Número 1 con un muy adecuado: «vete a la mierda«.

En cualquier caso, ya sea porque Coraluno Ruimán se cansó de aguantar según qué cosas, porque se cogió una pataleta o porque Telecinco quería quitárselo de encima y de paso ganar la guerra del share (que se acaba el mes y está la cosa justita); la cuestión es que la segunda gala de directos de La Voz arrasó con un 33% de audiencia y nosotros te lo comentamos todo en nuestro Twitter que, gracias a la magnífica labor humanitaria de @Tom_Clad ya ha sobrepasado los 3.000 seguidores.

Y eso sí que es un notición.

La buena noticia (para el afectado) es que a partir de hoy hemos variado nuestro libro de estilo de la redacción y cuando queramos decir «montar un drama» ya no diremos «hacer un Nicky Tripi» sino «hacer un Ruimán«.