En la redacción vivimos unos días de jolgorio y regocijo desde que conocimos no hace ni dos semanas que en febrero volvía Gran Hermano, el reality que más locos maravillosos proporciona para nuestro uso y disfrute nos gusta.
Dejando de lado el fallo de no programar el primer anuncio del casting para una publicidad de La Voz (será que no lo ve nadie), una montaña de preguntas se nos vino a la mente, por lo que no nos quedó más remedio que torturar al becario obligándole a ver todas las galas de El Número 1 a 1080p y 7.1, con la esperanza de obtener alguna información relevante que hubiese conseguido alguna de esas mañanas que le mandamos a hacer favores sexuales.
Tras horas de visionado de las mejores actuaciones de la Señora Cereza en repeat all, el pobre no tuvo más remedio que contarnos que no se explicaba cómo era posible una edición de Gran Hermano tan rápido, cuando estaba programada para septiembre de 2013 o para enero de 2014 y encima la productora había despedido a más de una veintena de trabajadores tan sólo unos días antes.
Lo que viene siendo que nadie tenía ni idea. Vasile debió de levantarse una mañana, ponerse un capuchino y tener un pensamiento revelador: «¿Para qué coño me encapriché de Pilar Rubio? Ya que ahora tenemos un programa blanco con un share estupendo, vamos a emitir Gran Hermano pronto, no vaya a ser que cuatro freaks encerrados en una casona las otras opciones más baratas que Supervivientes no gusten a la audiencia del mismo modo que si programamos la 14ª edición en menos de lo que tarda Mirela en ser eliminada de un talent; con los mismos responsables del maravilloso casting de GH12 y con un lema muy misterioso, pero que no sea muy complicado de llevar a cabo, algo como «Asómate y siente el vértigo» y ya improvisarán algo, que se les da genial».
Dicho y hecho. En vistas del lema del vértigo, no creemos que nada supere al «Dale la vuelta» del año pasado, con la entrada de Noemí colgada del revés cual jamón serrano podrido y barriendo el suelo con su pelazo, por lo que se nos ocurre que como mucho lanzarán a los concursantes desde una grúa a la piscina de la casa, en claro homenaje al balconing y su capacidad de eliminar escollos para la evolución de la especie.
Sobre los concursantes, a falta de los primeros rumores, imploramos que metan con calzador a Ruimán en la gala de presentación, para que abandone el programa antes de entrar a la casa porque la edición no se llama «GH Ruimán y otros quince» mientras nos desea a todos feliz cuaresma y define su estilo como «sabrosón».
Teniendo en cuenta quién se encarga del casting esta vez, aparte de que nuestro anhelo sobre el ciego de La Voz podría ser perfectamente factible, nos tememos una edición que bien podría llamarse «Gran Hermano Shore», aunque al menos tendremos a Floren Abad como Súper dirigiendo el cotarro, y no otras personas, hecho que nos anima bastante a pensar que no todo será tan «GH12» como pinta.
Sigue atento a ésta nuestra web, porque continuaremos desgranando detalles de la próxima edición de EL REALITY.
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