Los cástings de La Voz empezaron en 2011 a pesar de que aún no haya empezado a emitirse el concurso.
Más de 13.500 personas (que no son ni muchos ni pocos, sino una cifra similar a los 12.000 que se presentaron a la última edición de Operación Triunfo) mostraron su interés en participar, de los que la productora se quedó con 5.200. Posteriormente los responsables de cásting citaron a unas 3.600 a los castings presenciales.
Finalmente quedaron 160 «participantes» que se enfrentarían a las audiciones a ciegas en las que se formarían los equipos. Según nos cuenta uno de ellos, estas 160 personas firmaron un contrato de exclusividad con una conocida discográfica.
Llegado el día de la grabación de las audiciones a ciegas, los concursantes comienzan a actuar en un orden establecido por la productora. Los 4 coach; Malú, David Bisbal, Melendi y Rosario Flores van eligiendo a los miembros de sus correspondientes equipos.
Las plazas de los equipos se agotan y unos 15 concursantes se quedan sin formar parte de ninguno y por lo tanto, fuera del concurso sin haber aparecido en el programa, pero con un contrato de exclusividad que les impediría cualquier trabajo musical en el próximo año.
Según ha podido saber esta web, tras organizarse para denunciar a la productora por lo que consideraban unas condiciones abusivas, estarían ultimando llegar a un acuerdo por el que retirarían la querella a cambio de romper el contrato de exclusividad.
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