El Gran Hermano ha hablado. Esta mañana se ha celebrado una gala especial de este famoso reality show, el cual vive horas muy bajas en cuanto a audiencia, lo que ha llevado a Moncloa Media a programar galas sorpresa en las que se mezcla lo inesperado con lo espectacular.
A pesar de solo estar nominado el ministro concursante de Trabajo, la organización ha decidido expulsar a nada más y nada menos que a seis concursantes: Celestino Corbacho, que ya había pedido a la audiencia su voto para la expulsión, Elena Espinosa, Beatriz Corredor, Bibiana Aído y una de las favoritas desde el inicio de este Reality Show en 2004, María Teresa Fernández de la Vega, la cual se preguntaba reiteradamente que quien le ponía la pierna encima. El último expulsado de la gala, Miguel Ángel Moratinos, no pudo contener las lágrimas ante la sorpresa, al tiempo que exclamaba: «Chapó por tí, chapó por todos, me quito el sombrero y chapó».
Los favoritos de la audiencia fueron Leire Pajín, Trinidad Jimenez y Alfredo Pérez Rubalcaba, los cuales han recibido la inmunidad y quedarán fuera de las próximas nominaciones. Además ha entrado una nueva concursante en la casa, una salada cordobesa llamada Rosa Aguilar, la cual intentará darse a conocer tal y como es y ganarse el corazón de sus compañeros.
Los habitantes de la casa se enfrentan a una dura prueba semanal: «La crisis», y no con el mejor humor, puesto que la copresentadora del programa, Elena Salgado Espinosa ha decidido cortar el suministro de tabaco, tinte para mechas, café, revistas, papel higiénico y absolutamente todo, con el fin de reducir el elevado coste de producción y satisfacer así a la Presidenta de la Productora del programa, Angela Merkel.
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