Besos de Mentira: el nuevo vídeo de OBK

Por si teníais otras cosas que hacer y no os enterasteis, OBK se separaron a principios de 2012, dejando a un montón de maricas treintañeros de fans tristes y sin rumbo. Pero Jordi (el buenorro) continuó con el proyecto y no sufrimos la desgracia de perder a la mejor banda gay tecnopop que ha tenido este país.

Para el Orgullo de ese mismo año, OBK lanzó un dúo con un francés conocido en su casa. Aquello parecía más un single de Soraya Arnelas que uno de OBK, aunque cumplió su función: hacer botar a las maricas en la plaza de Callao.

El pasado verano OBK publicaba Revolución, el primer disco sin Miguel, acompañado de un primer single homónimo cuyo vídeo bien merece un post para él solito, con Jordi ejerciendo de político en plena campaña electoral.

Pues bien, ahora ha estado en Tokio dando un concierto recogiendo un premio rodando el videoclip de Besos de Mentira, el último single de su disco Revolución. A Jordi OBK le gusta eso de irse a otro continente a grabar, porque ya grabaron en Nueva York cuando eran dos para el vídeo de La Herida: un temón bastante mejor que Besos de Mentira y con un vídeo más conceptual y acorde.

Pero vayamos a la enjundia, querido lector, porque a estas alturas estarás pensando que a lo mejor has llegado por error a Jenesaispop y que esto no es tu web de travestis favorita, así que pasamos a explicarte de qué va el vídeo de Besos de Mentira. 

Tras ver el resultado, uno piensa que Warner está empeñada en hacer vídeos absurdos buscando la manida forma de peliculitas con presentación, nudo y desenlace; aunque no tengan nada que ver con la letra de las canciones. Para muestra, ahí tenemos a Sergio Dalma con Si Te vas: planeando un atraco mientras ruega a una compañera que no se vaya porque la quiere mucho. Chico, hay momentos y momentos.

Jordi está tan tranquilo en Montjuic disfrutando del domingo, cuando recibe una inquietante llamada del señor Hamada en su Sony Xperia Z. El señor Hamada, que no sabemos quién es ni nos importa, informa de un drama: una amiguita de Jordi -que se llama Eiko pero la llamaremos Mary Joy– planea matar a su hijo. Y Jordi no puede consentir que muera el hijo del señor Hamada. No, no, no.

Así que coge el AVE Barcelona – Tokio para impedir que muera el hijo del señor Hamada y ello desate el caos mundial. En el camino mira con melancolía la foto de Mary Joy mientras bebe pipí piensa «ya he introducido una excusa para que se entienda que la canción habla de cuando Mary Joy y yo estábamos liados y la cabrona me la jugó, ahora puedo contar lo que quiera» y en esas está cuando de repente pilla un taxi y aparece gente japonesa andando como loca y carteles con letras japonesas: hemos llegado a Tokio, por si no te habías dado cuenta. Y por si sigues sin darte cuenta, Jordi pasa el cruce de Shibuya.

Jordi llega al hotel, que se ve que está sin luz y han activado las luces de emergencia, se tira en la cama y piensa en tácticas para emprender la búsqueda de Mary Joy. Luego, unos buenos planos de -¡sorpresa!- el cruce de Shibuya y Jordi afeitándose, porque ante todo es un señor.

En ese momento aparece Mary Joy: es friday, friday así que está dispuesta a comerse unos nigiris una pastilla la noche tokiota. Jordi ha de averiguar el destino de la asesina antes de que ella encuentre al hijo del señor Hamada y le reviente la cabeza.

Para ello, Jordi permanece estático en mitad de -¡sorpresa!- el cruce de Shibuya mientras el tiempo pasa en cámara rápida, en una táctica narrativa de una innovación sin precedentes que nos ha dejado conmovidos. Luego hace cosas muy de estar en Tokio: coger el metro y llevar gafas de sol de madrugada; lo que ha generado un acalorado debate interno en la redacción, concluyendo que Jordi debe de ser fotosensible, como los niños de Los Otros. 

El macho empotrador catalán llega a lo que parece ser el bar del primo japonés de Fortu, el cual se sabe la vida entera de Mary Joy porque en el bar nunca hay nadie y se aburre mucho. Jordi, agente secreto sagaz donde los haya, soborna al anodino nipón y descubre que Mary Joy está paseando su abrigo de pieles en la esquina de al lado. Carga su pistola para emprender la misión de su vida.

Pero Mary Joy no es sólo una asesina ex novia de Jordi, además tiene un montón de colegas supermajos que le advierten que OBK is inside! está en «Tokyo» porque en Warner no saben que eso en castellano no quiere decir nada.

Ya están las cartas sobre la mesa. Ha comenzado la caza. Máxima tensión. Mary Joy llega al club donde está su objetivo. En el local, donde probablemente se está celebrando una fiesta del pijama de Girls’ Generation, tenemos de todo: gente pegando saltitos levantando los brazos y girando la cabeza, chorros de luz, bolas de discoteca… y al hijo de Hamada.

Mary Joy acude rauda a intentar conquistarle, intercambiando confidencias y gestos cómplices. Pero lo que la pizpireta nipona desconoce es que Jordi ha llegado para impedir la matanza.

El hijo de Hamada, que probablemente sea virgen a sus 37 años, no puede creerse que Mary Joy quiera subir a la azotea a pelar la pava y accede feliz. El incauto se arrepiente en el momento en que Mary Joy, con la típica parsimonia de asesina japonesa, saca una pistola y lee unas líneas de guión con la misma gracia que tiene un perrito cojo.

Tras dejar claro que Mary Joy no ha sido alumna de Cristina Rota, aparece el chulazo Jordi para impedir la tragedia. En este momento debieron de pensar «ya se acaba la canción, así que vamos a dejar un final abierto, cómo molamos» y se quedaron tan felices.

Desde nuestra humilde opinión, como OBKeros de pro que nos consideramos, queremos pedir a Universal, a La Pelopony y a quien sea que Jordi salga desnudo y empalmado paseando por su casa en el siguiente vídeo den un final a la historia porque nos ha dejado con el corazón en un puño. Pero eso sí, para que no tengan que volver a gastarse una pasta, que Jordi se vengue de Mary Joy en las calles de  L’Hospitalet, que le pilla más a mano.