Y es que, como el reality show «La crisis» nos ha enseñado, siempre se puede caer más bajo. Si creías que Cristinita Percances había dejado atrás su etapa oscura de flops en todos los ámbitos, catástrofes bíblicas y momentos patéticos aprovisionándose de kilos y aprovechándose de Maroon 5 y «The Voice» para tener hits, la mujer-oruga que más nos gusta mencionar ha vuelto con uno de esos sucesos que hacen quedar a Britney como la reencarnación del Dalai-Lama.
Ha sido en el funeral de Etta James, una oronda cantante de soul recientemente fallecida en Los Ángeles, en la que la intérprete del hit planetario «Desnúdate» quedaba encargada de interpretar uno de sus temas: «At last». Y como no podía ser de otra manera, no podía conformarse con ser correcta e interpretar el tema con su voz más negril mientras hablaba de lo mucho que Etta James ha influído en su carrera. O al menos eso pretendía ella, hasta que ríos de gloria sangre menstrual resbalaron por sus orondas piernas como si lo que la otrora estrella debiera interpretar fuera el «Bleeding love» de Leona Lewis.
«Me encanta True blood»
La autora del 90% de los WTFs de la historia ha rehusado cualquier tipo de comentario, siquiera del tipo «era spray bronceador» o «los tampones disgustan al señor» o «Etta era una señora muy natural» o tan siquiera un «Nicky Minaj me ha dicho que lo haga».
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