Me dijo un amigo una vez «Cuando crees que la vida no puede sorprenderte más, te equivocas». Y tenía toda la razón del mundo.
Estómagos sensibles, quedáis avisados.
Mao Sugiyama es un japonés al que se le ha ido la polla completamente que se define a si mismo como «asexual». Así que ni corto ni perezoso fue al médico para que le quitaran el pene. Porque total, no lo usaba y parecía molestarle.
Y al «artista» nipón no se le ocurrió otra cosa que venderlo en Twitter como comida. Porque puestos a que te la coman, que lo hagan bien. Los Hannibal Lecters del mundo se rifaron el órgano y cinco perturbados mentales comensales acabaron pagando un pastizal por comerse el rabo de Mao.
Sugiyama reunió a los cinco gourmets (un sexto se echó para atrás en el último momento) en una sala de fiestas y les cocinó su propio pene (que había metido en una bolsa y había guardado en el congelador tras la operación, como tu madre cuando sobra carne de la barbacoa del fin de semana) condimentado con algunas especias y unos champiñones. Desconocemos de dónde sacó la receta para cocinar un pene, pero dudamos que Arguiñano o Caritina Goyanes incluyan semejante delicatessen en sus libros de recetas.
Aunque sólo fueron cinco los que degustaron el pene y los testículos del descerebrado éste, la convocatoria congregó a cientos de curiosos que tuvieron que contentarse con el menú del día y con poder contarle a sus nietos el día que asistieron al primer evento de chaperismo caníbal de la historia. Las denuncias que se interpusieron para detener la «Canibalada Popular 2012» fueron inútiles porque resulta que en Japón no hay ninguna ley que prohíba el canibalismo, así que al final Mao pudo ver cumplido su sueño: que le comieran la polla.
Literalmente.
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