El próximo jueves 24 la segunda semifinal de Eurovisión seleccionará a otros 10 finalistas entre las 18 propuestas que han llegado. Al igual que hemos hecho con la primera semifinal, nos vestimos de forense eurovisivo para diseccionar y sacar a la luz lo que otros no te cuentan. Escucharemos 3.310 baladas balcánicas, chonis d’libro, chicos calientes, diosas eurovisivas… no tendrá la originalidad de la primera pero correrás a la oficina, del paro, a enseñar alguna de las actuaciones.
Recuerda que puedes ver los videoclips si haces click en el nombre de cada país.
SERBIA
Ganaron el primer año en que cantaron libres del apéndice montenegrino pero desde 
entonces se han vuelto malos estudiantes. Por eso esta canción sale de la chuleta con la misma partitura que se van rulando todos los países balcánicos de año en año para quedar bien. Y claro, ahí están fieles los ejércitos de eurofans emocionados con las mismas teclas de piano, el mismo violín, la misma voz profunda, el mismo coro moviéndose lentamente, el mismo in crescendo y todo sonando igual que otras 230 canciones, de las cuales unas 20 aparecen en este vídeo. El amor no es una cosa canta Zeljko. ¿Y la originalidad?
ANTIGUA REPÚBLICA YUGOSLAVA DE MACEDONIA
Porque pone ‘república’ que sino únicamente faltaba añadir “De Todos Los Fruitis Santos».
La experimentada Kaliopi es lo más parecido a una mariliendre clandestina que encontrarás este año. Con 35 años de profesión canta Blanco y Negro con mucho sentimiento y muchas tablas. De hecho ya intentó representar a Yugoslavia en el 87. Y no se nos ocurren ya más eufemismos para decir que es mayor. En fin, un dramón rock en plan ‘taciturna me hundí en aquel bar’ con agudo a prueba de cristalería inclusive.
PAÍSES BAJOS
Interpretamos que los holandeses nos envían a Joan para que todauropa comprenda la problemática social a la que ha conducido la legalización de la marihuana: una chica de 22 años bien alimentada se refugia en las drogas blandas, los donettes y su guitarra para componer canciones. Pero nadie le hace caso, así que decide calzarse el penacho que Sara Montiel no pudo ponerse en Yuma. Resultado: Holanda cantando un tema country con una chica vestida de india. Euro neuro.
MALTA
Kurt Calleja no es un cani de Fuenla sino un maltés de 23 años con pubertad acelerada. 
“Esta es la noche” es un rock tan light que hasta Letizia Ortiz lo acusaría de hipocalórico. También arrastra una coreografía inspirada en algo que debe ser típicamente maltés: pisar en la playa un alacrán y llamar la atención del socorrista para que te atienda. Le acompaña un DJ, que imaginamos querrá arruinar su carrera, y un par de gafapastas que aparecerán en los tuentis de los que fuisteis a hacer cursos de inglés (ejem) de tres semanas. Deseamos todo lo mejor para Kurt, es decir, que alguien le diga que deje de cantar.
BIELORRUSIA
Este es el país donde las pres para Eurovisión las gana quien dice el presi Lukashenko, que es a la democracia lo que Nicki Minaj a la discreción. Litesound son unos chavalines 
que en vez de presentarse a castings de Bel Ami tenían padres que les pagaban el conservatorio. Invadidos por un momentum Esperanza Gracia, – les gusta vestir transparencias, lo futurista y les atormenta, inquieta y perturba no pasar a la final so pena de trabajos forzosos – cantan Somos los héroes. Y esto, amigos, es Esparta.
PORTUGAL
Filipa, que bastante tiene con ser portuguesa y llamarse así, canta este bonito fado-tango con olor a sardinhas sobre un amor desmigado como el bacalhau titulado “vida mía”. Nos agrada su idea de haber seleccionado a tres usuarios premium lusos de bearwww para hacerle los coros. ¡Qué más nos gustaría que una Eurovisión en Lisboa con el Euroclub en las playas de Caparica!. A lo mejor si dejasen de una punheteira vez la saudade en casa y viniesen con un sucedáneo de Ai si eu te pego…
UCRANIA
El Reino Unido eurovisivo del Siglo XXI es como nuestra tía soltera cuando vuelve de viaje: siempre nos sorprende. Como están ilusionados con su Eurocopa de fútbol, nos 
envían a su Regina Do Santos local botando sin parar con una canción titulada “sé mi invitado”. Hombres con faldas, pantallas atestadas de dummies bailando, colores, energía, azúcar glass, frenesí… un auténtico desbarre de excesos. Timoshenko, ¡tú también estás invitada!
BULGARIA
Si Los Visitantes fueran chonis y no lagartos, ella sería Diana. Si Camela fuera la
Santísima Trinidad, ella sería el Mesías. Si Mercadona fuese Mercadillo, ella se apellidaría Roig. Inma GH7 era minimalismo puro al lado de Sofi Marinova. Sospechamos que jamás nos gustaría deberle un céntimo a esta eterna invitada a Noche de Fiesta, auténtica Monster High de imitación. No les extrañe si tras su actuación y por psicología cognitiva empezamos a escribir Bulgaria con V.
ESLOVENIA
A Eva Boto, la más joven del festival, 16 años, le ha tocado la inevitable balada Princesadisney-esque anual, titulada “Yo Creo”. Aprovechando que es un estilo más visto 
que un tipo test donde todas las opciones son correctas, os contamos que la canción eslovena está compuesta a) por el serbio que compuso la canción serbia que ganó hace cinco años b) por el bosnio al cual el serbio de este año le compuso la canción con la que quedó segundo tercero hace seis y c) dicho más claro: mamoneo.yug
CROACIA
A veces uno duda si Yugoslavia al desintegrarse lo hizo en países o en hijos de Ruíz-
Mateos: siempre parece que hay uno nuevo y todos hablan igual. Nina Badric podría ser la madre de Eva Boto y si la de Eslovenia es una canción clásica, esta es presocrática. Compositora del tema, canta al “Cielo”, el cual no tocan eurovisivamente desde su último top10 hace once años. Cambios de vestuario, más ventiladores… en fin, que sean doce.
SUECIA
En el Vaticano eurovisivo se ha aparecido una jovenzuela despelurciada de pecho mesetario y vestuario austero. La parroquia eurofán, tras su aparición, ha procedido a 
pregonar su rápida beatificación al ritmo de una “Euforia” que Loreen, así se llama la bienaventurada, eleva al altar escenográfico poseída en un trance psicotrópico. Cualquier desenlace el próximo sábado que no conlleve a su proclamación como Guapa, Guapa y Guapa, y Reina, y Reina y Reina provocará profusión de martirios, abundancia de apostasías y abnegación eterna del advenimiento eurovisivo.
GEORGIA
Ah…! la bella Savannah, Coca Cola, Atlanta y Escarlata O’hara, Martin Lut…OH WAIT! Un
Tino Casal que ha comido fabada por encima de sus posibilidades nos regala una ventosidad en forma de Opera Rock Musical. Un día le concedieron el premio a “La Voz de Oro de Georgia”, patrocinado por Gaes, suponemos. “Soy un bromista” canta Anri. O Arny. Quién sabe. Nos lo imaginamos en su casa vestido únicamente con un abrigo de piel y mojando churros en Moët Chandon. Un auténtico Caucasian Horror Eurovision Show.
TURQUÍA
Hundidos el año pasado por primera vez en las galeras de las semifinales, han decidido volver con un joven pirata llamado Can Bonomo – Perro Buenhombre – que con fiel 
diáspora por banda, sorna marinera en pompa, a toda mecha, no ganará el Festival, sino espera, un puesto decentín. “Quiéreme de nuevo” es la cantinela con la que el primer judío que representa a Turquía quiere embaucarnos junto a sus filibusteros coristas para ser repescados de nuevo en la aristocracia eurovisiva.
ESTONIA
Llega el momento de la sentida “escucha” que nos sopla al oido el gélidamente bello Ott.
La cadencia inicial pausada pero insistente de “kuula” provoca que de repente nos encontramos pensando, así aleatoriamente, en Brokeback Mountain. Corchea a corchea nos encajamos ya tanto que nos percatamos de que no hay escapatoria , entonces, casi al final, Ott desgarra violentamente el tempo y empotra la canción contra nuestros corazones, sofocados y agitados tras esta primeriza experiencia que sacia nuestra morbosa curiosidad por saber que se siente… al cantar en estonio.
ESLOVAQUIA
Este cruce de Argamboy y Bruja Lola nos berrea que no cerremos los ojos acompañado de guitarreo macarra y percusión gamberra. Que el rock metalero tiene sus 
seguidores, lo aceptamos con la misma resignación con que Chayo Mohedano lleva lo suyo. Ahora bien, confiar en que muchos de ellos se pongan delante del televisor para ver Eurovisión y votar a este cantante con nombre de alargador – Max Jason Mai – , es una de las explicaciones que ayudan a entender porque los eslovacos tras seis participaciones apenas superen en conjunto los cien puntos recibidos.
NORUEGA
El cantante más fieramente heterosexual de esta edición se llama Touraj y nació en Irán. 
Pero tranquilos, no esperen a un Ahmadinejad. Tooji – así se llama en el escenario – canta “quédate” mientras se pone y quita su capuchita contoneando sus leggins morcilleros y meneando las cadenitas de la cadera al ritmo de la danza del vientre. Sí, es joven, moderno, fresco, bailable y nos encanta el multiculturalismo, pero no deja de recordarnos a aquel personaje de Ángel Garó que contaba adivinanzas.
BOSNIA HERZEGOVINA
Otro país balcánico con una chica balcánica que canta otra balada balcánica. Maya 
interpreta de forma petrificante “conozco tus movimientos” y para añadir dinamismo aparece sentada tocando el piano casi toda la canción. Solo al final y porque se le han dormido las piernas da ocho pasos contados y sube un tono la melodía. Y a esto amigos, le llaman balada efectista. Será porque su efecto inmediato es el bostezo. Tiene su público. Que casualmente no es el nuestro.
LITUANIA
En algún oscuro estudio musical de Vilna tuvo lugar una tormenta de ideas que condujo a introducir todas las ocurrencias en un robot de cocina de fabricación soviética. El resultado fue un lituano con nombre de actor porno – Donny Montell – que aparece solo en escena llevando una venda con brilli brilli, hace una voltereta lateral y para colmo perpetra una canción que son dos: una balada estúpida y algo remotamente parecido a tema disco. Sus dos orejas con lóbulos de tamaño familiar nos distraen de lo único ciertamente positivo del conjunto: su voz impecable.
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