Hacía cuatro años que TVE no nos regalaba la emisión en directo de las dos semifinales eurovisivas. Así que una vez despreocupados de buscar enlaces, streamings y retransmisiones en 1080p con comentaristas en eslovaca es hora de relajarse y disfrutar de la semifinal ‘buena’, la de los favoritos, la más reñida… 17 participantes y 10 plazas de finalista. El jueves 21 en La2, el desenlace.
Pinchando en cada país encontrarás el videoclip de la canción y a su lado la cotización de las casas de apuestas para ganar que tiene cada representación.
LITUANIA (100/1)
Sí, otro dúo mixto (veremos cinco en esta semifinal). Hay que reconocer que aquellos eurofans clásicos que hace una década proponían a Mai Meneses e Inma Serrano fueron unos visionarios. Lo más destacable de los lituanos es el instagram de él y el historial de ella, que llevaba cinco intentos de representar a su país. Numerito de capítulo de relleno de Glee donde hay un beso en el medio para que el público haga «OOHH UUH AHH». Y ya.
IRLANDA (100/1)
Con 17 años Molly ya tiene toda la pinta de haber agotado algún sábado las reservas de Guinness del condado rural del que probablemente procede. La canción es una declaración resacosa de arrepentimiento sobre como le hizo la vida imposible a un rollete. Ya que viene con estas intenciones tan LuciaGh15 nos alegraría que soltara un «Ole tú, Ole tú, quien tenga pena que rabie, Gitana, te quiero«. Desafortunadamente, esta choni irlandesa viene en plan fino sentada al piano.
SAN MARINO (250/1)
Aunque muchos echareis de menos a Valentina Monetta, hay un dato demoledor: incluso sumando las edades de estos dos, ella es mayor. Pero para demoledora, la canción. No hay por donde cogerla. Incluso si estos dos adolescentes se pusieran durante los tres eternos minutos que dura a soltar gases, encontraríamos más armonía. San Marino sigue participando gracias a que el dinero lo pone Ralph Siegel, vetusto compositor alemán de numerosos éxitos eurovisivos que ha derivado sus composiciones musicales en incontinencias urinarias.
MONTENEGRO (150/1)
Lejos quedan los años en que todos los balcánicos simultáneamente participaban con un estilo de canción que incluso tus invitados, ajenos a lo eurovisivo salvo la noche del festival, lograban identificar anualmente como ese en el que empieza cantando uno solo en el escenario a oscuras y de uno en uno van saliendo con instrumentos raros el resto. El residuo de aquella receta lo trae un primo de Sergio Alix. Su mérito: ser una de las seis canciones en esta edición que serán cantadas en un idioma distinto al inglés.
MALTA (125/1)
Una trayectoria típica de Eurovisión es participar de corista random un año y unas ediciones después ir tu de divina en solitario. Eso le pasa a Amber, la chica que tuvo la importante misión de cantar en el puente de la canción de aquel asistente de vuelo llamado Kurt Calleja en Bakú 2012. Y encima lo hizo mal. La Amber llega como La Nina de la primera semifinal: en plan guerrera. Aunque la versión definitiva palidece comparada con la que ganó la preselección maltesa. Al menos la primera nos recordaba a nuestra amada Helena Paparizou.
NORUEGA (25/1)
Primera gran favorita de la noche con el perturbador título: «Un Monstruo como yo». Va de que él le confiesa a ella que no se enamore, que hizo algo muy turbio en el pasado. El encargado de nuestra hemeroteca rápidamente recordó el caso de Cyril Jaquet, parricida en la adolescencia que se presentó como si tal cosa a un reality. En este caso, él, Mørland, nos acojona con su mirada impertérrita. Pero es que ella, Debrah Scarlett – genial nombre travesti – nos aterroriza con su cara, más antigua que las de Belmez. Algo tiene la canción que nos magnetiza, pero sus directos han defraudado un poco.
PORTUGAL (300/1)
No han pasado ni 20 segundos y ya salta Portugal con Saudade nas rúas da cidade porque chuva cae. Lo de siempre: bacalhau, sardinhas y vinho do Porto. Los obsesivos y repetitivos lugares comunes de nuestros vecinos no parecen preocupar a nadie de Viana do Castelo para abajo. El doloroso desplante a Ruth Lorenzo en la votación del año pasado – algún precio tenía hacerle el vacío Suzy para hacerse más amiguitis de Conchy – se ha traducido en desprecio incluso en los habituales eurofans pro-ibéricos.
REPÚBLICA CHECA (250/1)
Peor que Portugal están los checos. Participaron tres veces consecutivas a finales de la década pasada… y obtuvieron en total 10 puntos. Podríamos pensar que en cinco años de ausencia se les ha ocurrido llevar algo competitivo. Pues no: dúo mixto con balada más vieja que la cara de la noruega. Lo más interesante de esta aportación es ponerse a buscar en Google Imágenes «Vaclav Noid» y que pasen de fondo estos interminables tres minutos de canción.
ISRAEL (66/1)
Lejana queda en el tiempo aquella Batalla del Kebab donde anualmente se competía por ver quién quedaba mejor llevando canciones de ritmos orientales tras la victoria de Sertab Erener en 2003. Y todavía nos duele lo que le pasó a Soraya por meterse entre pan de pita y falafel. El chico de oro de esta edición, con 16 años que parecen 32, se erige en vencedor por incomparecencia turca, que sigue en plan místico y pasa. Al menos a nosotros nos entran ganas de ir a Tel Aviv de visita cultural.
LETONIA (50/1)
El premio a la combinación genética más estrambótica se lo lleva Aminata Savadogo. Hija de letona y burkinés, a Marine Le Pen se le decolora el tinte solo de pensar que a un travesti con barba le suceda una báltico-africana. Una de las canciones más interesantes de este año, en la linea de aquel «Taken by a Stranger de Lena». El amor inyectado de Letonia es de lo más moderno de esta edición.
AZERBAIYÁN (22/1)
Otros que siguen alquilando producciones musicales, a Suecia en este caso, edición tras edición. El año pasado salieron por primera vez del top10 aunque parece que volverán a estar arriba en Viena con el enigmático y atractivo Elnur y su «Hora del Lobo», que resulta que es esa hora del día en que no se ha ido la noche del todo pero tampoco ha amanecido por completo. Tiene su origen en una película de culto sueca de Ingmar Bergman y solo por esto ya tienes argumento para convencer que se venga a la Europarty ese amigo cultureta que compra la Fotogramas no solo por el calendario.
ISLANDIA (40/1)
Quizás sea porque los islandeses están celebrando el año internacional del ajo y de ahí el motivo de este repetitivo tema que constantemente reitera la estrofa inicial para recordarnos que Maria sigue estando intacta. No queremos ir mucho más allá sabiendo en que sentido esta ‘unbroken’, pero por alguna razón que se nos escapa están bastante bien colocados en las apuestas.
SUECIA (7/4)
La gran favorita, como casi siempre, es la canción sueca. Måns Zelmerlöw por fin consigue su sueño tras intentonas con temazos como «Hope & Glory» o «Cara Mia«. Los héroes a los que canta son aquellos que como él, sufrieron bullying en el colegio. Es decir, el 90% de la audiencia habitual de Eurovision. Aunque por pasarse de listo buscando referencias (Guetta, Avicii…) ha tenido que desprenderse de la caricatura que le acompañó en Melodifestivalen. Habrá que esperar a los ensayos para ver si el Momento Måns llega inmune a la final.
SUIZA (125/1)
Originaria de las Islas Mauricio Colmenero, Mélanie Renée estudió composición musical en Londres y su trabajo fin de curso es la autobiográfica «Time to Shine». Los suizos siempre son de los primeros en elegir representación y por consiguiente de los primeros en pasar al olvido a medida que se van conociendo las otras canciones.
CHIPRE (88/1)
La isla del La La Love aporta la originalísima combinación de balada con chico gafapasta a la guitarra. Los chipriotas se tomaron un año de descanso y vuelven con el mismo compositor de su último top5, logrado en 2004 con una parecida razonable de Barbra Streisand. La crisis también les ha debido afectar porque lo más que han logrado este año es traerse a un parecido razonable de Moncho Borrajo.
ESLOVENIA (16/1)
El último dúo mixto de la semifinal es también el único en el que ambos son realmente pareja de todo el Festival. Se llaman Maaraya no por la cantante americana parecida a Charo Reina si no porque es la fusión de ella – Marjetka – y él – Raay -. Otra de las canciones buenas de este año y favorita para muchos aunque el palmarés esloveno es incluso menos lustroso que el portugués, con un 7º puesto como mejor resultado. Aunque ella va siempre con los auriculares puestos , Reyes del Amor ya ha acudido rauda a cortar el rollo para aclarar que Austria ya envió a una corista en 1981 que también los llevaba. El beso de la muerte.
POLONIA (100/1)
Después de las lecheras del año pasado, los polacos se han puesto en plan rancio con una cantante normalucha que tras un accidente quedó parapléjica y que canta o bien en silla de ruedas o tirada en el suelo. La canción suena a sintonía de teleserie de los 90 tipo «El Super» o «Esencia de Poder«, quizás porque fue en 1994 la única vez que quedaron entre los 5 primeros.
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