¿Qué tienen en común personas tan dispares como LaToya Jackson, Kim Basinger, Mickey Rooney, Mike Tyson, Mark Twain, Donald Trump y Walt Disney? Todos ellos han conocido la fama, amasaron una fortuna, y en algún momento de su vida se declararon en bancarrota.
Cuando se maneja mucho dinero es difícil medir los gastos y se está expuesto a tomar decisiones equivocadas que pueden llevar a la ruina. Michael Jackson murió prácticamente arruinado, después de haber evitado la bancarrota por los pelos. Una vez endeudados y no siendo capaz de afrontar los pagos, para muchos ésta es la única salida.
Lo que sí es realmente inusual e incluso escandaloso es que alguien sea reincidente y se declare en bancarrota en más de una ocasión. Es lo que le acaba de suceder a T-Boz, ex-componente de TLC. El grupo, con números uno como Waterfalls o No Scrubs, posiblemente el grupo femenino de más éxito en la historia, con unos 40 millones de álbumes vendidos, se declaró en bancarrota en 1995, justo cuando disfrutaban de mayores ventas. Ese año publicaban su segundo álbum, CrazySexyCool, que vendió más de 10 millones de copias solo en USA, aparte de varios millones de singles. ¿Cómo es posible que llegaran a esa situación? Entonces alegaron que el pago de los royalties no se había efectuado aún, y con los gastos de managers, abogados y un nivel de vida muy elevado, llegaron a la ruina.
T-Boz, cuyo único hit en solitario fue una tremenda oda a la masturbación, Touch myself, no ha vuelto a tener éxito desde la disolución de TLC, tras la trágica muerte de Left-Eye, hace casi una década. Al no poder afrontar sus gastos, incluyendo la hipoteca de su casa de más de un millón de dólares, ha vuelto a dar el petardazo y acaba de declararse arruinada otra vez.
T-Boz no ha sido el único caso de cantantes adictas a ir a la bancarrota. Una historia muy parecida aunque de mayores proporciones es la de Toni Braxton. La cantante, que también ha vendido más de 40 millones de álbumes en su carrera, con éxitos como Breathe again o Unbreak my heart, también se declaró insolvente cuando estaba en la cima del éxito (1998). Entonces su deuda ascendía a unos 4 millones de dólares. Toni tampoco ha conseguido remontar su carrera en esta última década, y a principios de este 2011 se volvió a declarar en bancarrota, en esta ocasión por deudas que ascendían a unos 50 millones de dólares. Claro que en la lista de acreedores de la señorita Braxton encontramos hoteles de lujo o la famosa joyería Tiffany & Co, que no es precisamente famosa por sus precios asequibles. Con semejante ritmo de vida y sin tener una canción de éxito desde hace once años, no nos sorprende nada.
La cantante recibió varias veces una oferta de la revista Playboy para que posara desnuda, a cambio de una suma de dinero que seguro le permitiría seguir gastando y endeudarse más aún salir de la ruina, pero tras considerarlo seriamente decidió rechazarla «principalmente por su familia«. Todos sabemos que lo inteligente hubiera sido haber posado como Terelu, no enseñando nada y embolsarse una millonada.
Y hablando de su familia, en USA se emite actualmente la segunda temporada de Braxton Family Values, un reality en torno a Toni, sus hermanas y su madre. Las hermanas no son otras que las fracasadísimas The Braxtons, grupo en el que empezó la propia Toni y dio pie a su exitosa carrera en solitario, y que siguieron grabando discos a la sombra de su hermana, sin tener ningún éxito. Sin embargo el reality es un auténtico guilty pleasure, porque las hermanas son un auténtico cuadro, de las que nos haremos inmediatamente fans si algún día lo emiten equí.
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