El cantante y actor Enrique Martin Morales, más conocido como Ricky Martin, se nacionalizó español el pasado 4 de noviembre apelando a que su abuela nació en el mismo país que Soraya Arnelas o Belén Esteban y a que tiene domicilio en Madrid.
Al acto asistió el mismísimo presidente José Luís Rodríguez Zapatero, algo que está claro que no habría hecho en casa de tener que nacionalizar a Dinio u otro machupichu cualquiera latinoaméricano anónimo.
El motivo de todo ello es que Ricky quiere casarse en nuestro país con su novio de los últimos años, el economista Carlos González. Desde hace unos meses sabíamos de las intenciones del intérprete de María, La Bomba o Livin’ la Vida Loca de pasar por la vicaría laica y, según cuenta en varios medios, ha decidido hacerlo en el país del jamón serrano, el vino y el flamenco, en vez de en algún estado de USA, como agradecimiento al gobierno del PSOE por su apoyo al colectivo gay.
Aunque realmente la cosa huele a que se quiere pegar una fiesta del copón con todos sus amigos cantantes y sabemos que otra cosa no, pero en fiestas, no nos gana nadie.
El problema vendría sí finalmente gana el Partido Popular las próximas elecciones del 20 de noviembre, ya que el programa de Rajoy contempla, entre otras cosas, acabar con las uniones del mismo sexo tal y como están ahora. Así que Ricky, cariño, date prisa, que por mucho que Andorra nos de 12 puntos siempre en Eurovisión, España no es precisamente un paraíso fiscal y a ver si al final te habrás hecho español para nada.
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