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The Lying Game vs. Ringer: ¡Vaya par de gemelas!

Por motivos que no vienen al caso empecé a ver un buen día la serie Pretty Little Liars de ABC Family. Una especie de Mujeres Desesperadas en plan Gossip Girl pero más pueblerino e hijoputense. Y de ahí ya me aficioné a toda esa morralla que emiten en CW y ABC Family, donde el universo adolescente llega a unas cotas de malos rollos que hacen que me plantee seriamente si Glee es una serie de preescolar.

El caso es que siguiendo el éxito de este tipo de culebrones repletos de misterios y putadas varias se han  juntado en la parrilla varias historias de gemelas y hermanas con vidas intercambiadas. Pero como Switched at birth me la suda litros y me interesa menos que un partido de la selección antes de Eurovisión, me centraré únicamente en las dos series de mellizas que convergen actualmente en la tele americana.

– Buenos días cariño – Bueno estás tú, bandido.

Ringer ha supuesto el comeback de Sarah Michelle Gellar Buffy, pero ni ella ni la serie están a la altura de las expectativas. La historia de dos gemelas, una buena y otra zorra a más no poder, que se intercambian las vidas está más que sobada. Pero es que si a eso le sumamos que la interpretación de Sarah Michelle Gellar Buffy deja bastante que desear y toda la estética de la serie es cutre hasta decir basta, no entendemos porqué su renovación no está ya pendiente de un hilo. ¿Qué le salva entonces? La cantidad ingente de mierda que se vierte sobre los personajes: prostitución, drogas, asesinatos, violaciones, cuernos, desfalcos… un compendio concentrado de lo peor de cada casa que hace que te quedes enganchando frente al monitor de tu computadora. Y es que este guilty pleasure se sostiene básicamente por las tramas tan rocambolescas que presenta en las que uno da por hecho que todo el mundo es tonto y  no se da cuenta de las obvidades y por el morbo de ver cómo va a llevar el pelo Sarah Michelle Gellar Buffy en la siguiente escena para no confundirla con su gemela.

Lo mejor: Los peinados de Buffy y sus bromitas e ironías marca de la casa.
Lo peor: Los efectos especiales y decorados que parecen creados en el mismísimo infierno.

En una tribu comanche, hau, hau, hau…

The Lying Game por su parte, se creó bajo una premisa muy similar. Basada en las novelas de la creadora de Pretty Little Liars, tenemos nuevamente a la gemela buena que todos quieren y la gemela chunga a la que le arrancarías los ojos de la rabia que da. En esta ocasión, la trama se basa en la búsqueda de su madre biológica y en cómo ello las lleva a tener que intercambiarse las vidas. Pero aquí nada es lo que parece y cuando de repente vuelve al pueblo Charisma Carpenter Cordelia (la amiga/enemiga del instituto de Buffy) empiezan a salir trapos sucios por todos lados y la cosa se pone de lo más interesante.  Además, como viene siendo habitual, tendremos también una buena ración de mierda suficiente como para parar un tren: hermanas que se roban los novios a la primera de cambio, continuos asesinatos, abuso de poder, negligencias médicas, venganzas, robos, infidelidades y sobretodo muchas muchas mentiras. Porque aquí el que no miente lleva las de perder. La sinceridad se paga muy cara y solo los tontos dicen la verdad.

Lo mejor: Sin lugar a dudas Cordelia. Con su llegada eclipsó totalmente a la panda de niñatos que protagonizaba la serie. Y el chulazo indio que tiene locas a las gemelas y con el que apuestan por la diversidad racial.
Lo peor: La hermana pequeña de las gemelas, una cantante rubia insoportable que sobra más Diego Cosío en una preselección Eurovisiva.

Llegados a este punto la pregunta está clara ¿Es mejor la serie de Buffy o la de Cordelia? Pues ninguna de las dos. Ambas son malas a rabiar, pero seguramente The Lying Game sea un despropósito menor, básicamente porque los actores, aunque jóvenes en su mayoría, muestran una calidad interpretativa mejor que cualquier intento frustrado de Sarah Michelle Gellar Buffy de hacernos creer que es algo más que la eterna cazavampiros. Aunque Ringer cada vez está ganando más puntos con giros inesperados de guión que, aunque no tengan ninguna lógica real ni sentido, te pillan totalmente desprevenidos, mientras que su serie gemela anda aún por derroteros sentimentaloides cuando lo que realmente nos interesa es saber quién va a ser el próximo en liarla parda. Así que habrá que seguir viéndolas para dar un veredicto final. Eso sí, lo único que tengo realmente claro es que ambas van bien servidas de chulazos descamisados.

xoxo Atzur Boy.

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